El Banquete de Platón




El Banquete forma parte de un tipo de obras platónicas conocidas como Diálogos. Está escrita entre el 383 y el 379 a.C. Más o menos en la época en que se cree que nació Buda. Es una narración indirecta que hace Apolodoro de Falero, discípulo de Sócrates, a un amigo. La narración se basa, no en la presencia directa de Apolodoro en el acontecimiento narrado, sino en la información que le dio en su día tanto Aristodemo, presente en el Banquete, como el propio Sócrates, su maestro. Esta técnica descriptiva indirecta que nos ofrece Platón también es usada en otro de sus diálogos: el Parménides. El relato de Apolodoro a sus amigos ha de fecharse aproximadamente sobre el 400 a.C. pero entre la narración de los acontecimientos y la supuesta realidad de estos median 16 años.
Aunque hay quien traduce Banquete por Symposion, en realidad este es una parte de aquel. El Simposio comienza al final del Banquete. Cuando ya se acaba la comida y los comensales pueden dedicarse alegremente a beber y a conversar con entera libertad. Los sirvientes despejan las mesas, traen coronas de mirto, y reparten generosamente el vino en las copas. La mezcla de la bebida, la música de las flautas y la belleza de muchachos y danzarinas, crea la atmósfera especial en la que los participantes desarrollarán su amistosa charla. El Simposio era el acto social con el que se cerraba el convite amistoso entre los griegos. Este es el ambiente que elige Platón para presentar un coloquio o debate sobre Eros, el dios del amor.
Platón reúne a un grupo de intelectuales atenienses que celebran con su anfitrión, el joven dramaturgo Agatón, la victoria de este en el concurso de tragedias de las fiestas Leneas del año 416 a.C. La moderación en la bebida, acordada de antemano por los participantes, permite que los discursos sobre el tema propuesto se sucedan ordenadamente hasta la llegada del joven Alcibíades, que, algo borracho, cambiará el tono contenido y serio que hasta el momento tenia la reunión.
Con excepción de Aristófanes el resto de personajes salen en otros textos clásicos griegos como amigos o conocidos de Sócrates. Aristodemo sale en las Memorables de Jenofonte. Apolodoro es citado varias veces en 'Fedón' como el más llorón de los acompañantes en la muerte de Sócrates, pero también se cita en 'Protágoras' como padre del joven Hipócrates.
Agatón, Fedro, Pausanias y Erixímaco salen en 'Protágoras' entre los invitados de Calias a la reunión con los sofistas. Fedro por su parte es el interlocutor de Sócrates en el diálogo que lleva su nombre. Las relaciones entre ellos también se mencionan en los diferentes diálogos. Así por ejemplo en 'Fedro' se menciona la relación sentimental entre Fedro mismo y Erixímaco, y en 'Protágoras' la que existe entre Agatón y Pausanias.
Alcibíades era un personaje famoso en la vida griega. En el momento del relato estaba en la cúspide de su fama, debía andar por la treintena y su fama de guerrero, juerguista y estratega estaba bien establecida. Se le menciona en 'Protágoras', en 'Gorgias' y por supuesto en 'Alcibíades'. En todos ellos figura por su relación personal con Sócrates influyendo dicha relación, así como su amistad con Critias, en la condena popular que llevó a Sócrates a la muerte.
La figura de Aristófanes queda al margen del círculo de amigos de Sócrates y de las relaciones homosexuales propias de 'la pederastia' (institución griega ligada a la educación noble). Por otro lado Aristófanes como autor de teatro cómico parodió a Sócrates y criticó al afeminado Agatón en alguna de sus obras. Probablemente Platón incluyó a Aristófanes para tener un representante de la comedia, como Agatón lo es de la tragedia, de la misma manera que incluyó a Fedro como sofista y a Pausanias como orador o a Erixímaco, el medico, como representante de la moderación frente a Alcibíades como hombre de mundo, juerguista y guerrero.


ESTRUCTURA DEL DIÁLOGO.

Podemos reconocer en la obra cuatro partes bien diferenciadas:

I. Escena introductoria: en la que Apolodoro relata a un amigo lo que le contó a Glaucón unos días atrás sobre el convite de Agatón. La narración que hace Apolodoro, apodado 'el blando' por su predisposición sentimental, fue recogida de Aristodemo que fue testigo presencial en el festín, aunque no participara de los discursos, así como de aclaraciones sobre lo dicho que Apolodoro solicitó a su maestro Sócrates.

II. Preparación a los discursos. Que se podria subdividir en dos partes. Primero la descripción de cómo se encuentra Aristodemo con Sócrates y como este ultimo lo invita al banquete aprovechando cierto proverbio que dice: 'por propia iniciativa los buenos van a las comidas de los buenos', alterándolo en su favor por el siguiente: 'a comer con Agatón van por propia iniciativa los buenos'. Sigue la descripción de la llegada a la casa y la acogida de Agatón que precisamente quería haber invitado a Aristodemo y no lo encontró. Existe un detalle explicativo de la capacidad de reflexión de Sócrates el cual se queda rezagado mientras piensa en sus cosas y de como el banquete da comienzo sin él. Sócrates llega, pues, cuando el banquete ya esta por la mitad y se incorpora a él con toda normalidad. La segunda parte de esta preparación a los discursos es la llamada 'propuesta de Erixímaco' en la que este explica lo que Fedro -el verdadero propulsor del tema- le venia diciendo sobre la ausencia de alabanzas que los poetas dedican a Eros. Al recoger esta ausencia, Erixímaco por boca de Fedro, propone que cada uno de los comensales realice por turno un discurso en alabanza de Eros. Previamente el médico había sentado las bases de la moderación con el vino a fin de no acabar en borrachera ya que algunos de los invitados vienen de otras celebraciones realizadas el día anterior.

III. Los seis discursos sobre el amor y elogio de Eros. Estos se realizan por orden y son:

1. Fedro. Inicia su discurso afirmando que la grandeza del dios Eros proviene de dos fuentes principalmente entre otras razones. En primer lugar por la antigüedad de su origen, ya que no tiene padres que lo engendren. Cita a Hesiodo, a Acusilao y a Parmenides como especialistas en las genealogías de los dioses del Olimpo y les hace decir que del Caos primero surgieron la Tierra y Eros, siendo a este ultimo al primero que concibió. En segundo lugar Fedro nos explica que además de ser el dios más antiguo es causa de los mayores bienes para los hombres. Pasando a relatar con ejemplos el porque de su afirmación. Empieza explicando que lo que debe servir de guía a los hombres que pretenden llevar una vida honesta es algo que ni los honores, ni la riqueza ni ninguna otra cosa puede inculcar tan bien como el amor. Comparando el vigor que la divinidad inspira en algunos héroes al que procura Eros al enamorado como algo nacido de si mismo. Así se entiende que el amante sea capaz de las mayores hazañas si esta bajo observación del amado y al mismo tiempo rehuya con vergüenza las actitudes cobardes si estas pudieran ser apreciadas por su amado. Hace referencia a las actitudes que se daban en aquella época entre los amantes homosexuales pero también admite que el amor puede mover a las mujeres a dar la vida por otro, poniendo el ejemplo de Alcestis dispuesta a morir por salvar a su esposo.

2. Pausanias. Este orador empieza por aclarar al anterior que se debe de diferenciar entre dos Eros y dar a cada cual lo que es suyo. Así argumenta que como no hay participación de Eros sin Afrodita y puesto que de esta si que todos sabemos que hay dos, es natural reconocer que deberán de existir dos clases de Eros también. De las dos Afroditas una es más antigua y sin madre, la hija de Urano, por lo que se llama Afrodita Urania y la otra, más joven, es hija de Zeus y Dione y la llamamos Afrodita Pandemo. De ahí que al Eros que combina con una u otra le llamemos Eros Uranio o Eros Pandemo según sea. A continuación Pausanias da una explicación para asignar a cada Eros un aspecto del amor. Dice que así como las acciones realizadas por si mismas no son ni bellas ni feas, sino que la acción según como se haga resulta ser de una forma u otra: si se hace bien y rectamente es bella, mientras que si no se hace rectamente es fea. De la misma manera sucede con el amor y concluye que solo el Eros que impulsa a amar bellamente es digno de ser alabado. Después de esta afirmación ha de diferenciar cual de los dos Eros es el digno y lo hace sacando la conclusión a partir de su origen. Si Afrodita Urania no tiene madre y solo procede de varón y si esta es más antigua y por tanto libre de la desmesura de la juventud, será esta la que impulsando al Eros, en este caso el Eros Uranio, inspire el amor hacia lo masculino y hacia lo que es mas fuerte y tiene más entendimiento. Frente a este Eros Uranio refinado estaría el Eros Pandemo que es el impulsor de las relaciones amorosas vulgares que se dan al azar y es el amor con el que aman los hombres y mujeres ordinarios. Sigue Pausanias con explicaciones de las formas de amar en diferentes lugares: Atenas, Lacedemonia, Elide, Beocia y Jonia, para acabar justificando con sus razonamientos que la mejor forma de amor bello es la que se practica entre los atenienses enmarcados en la pederastia siempre que se atengan a las normas del amor a la sabiduría y búsqueda de la virtud como impulsores de la concesión de los favores homosexuales. 

 3. Erixímaco. El médico toma el turno a Aristófanes a causa de un ataque de hipo que este sufre. Empieza explicando que el discurso de Pausanias es incompleto ya que aun admitiendo con aquel que hay dos clases de Eros no se han de limitar sus efectos a los bellos muchachos o al amor vulgar entre hombres y mujeres ordinarios sino que se extiende y afecta a todo lo que en la naturaleza existe. Describe la salud como el equilibrio entre los aspectos complementarios y se extiende a los efectos de ambos Eros, 'el morboso' o desmedido y 'el bello' o con mesura, en la medicina, la música, la agricultura y en todos los ordenes de la vida. Es un discurso que se aparta de la línea 'mítica' que hasta ahora habían seguido los otros invitados e intenta introducirnos en las apreciaciones científicas que se podían hacer en la época.


4. Aristófanes. Su discurso tiene como fin exaltar a Eros como el mejor de los dioses ya que nos impulsa a buscar nuestra mitad complementaria, sea esta masculina o femenina según nuestro sexo original antes de que los dioses nos dividieran en dos mitades. El discurso de Aristófanes sirve para que Platón desarrolle el mito del Andrógino. Según este tres eran los sexos humanos originales: masculino, femenino y andrógino. Los hombres tenían cuatro brazos, cuatro piernas y dos cuerpos con dos caras una por cada lado. Podían andar hacia delante o hacia atrás y cuando corrían lo hacían rodando sobre sus ocho extremidades como los saltimbanquis circenses. Tenían una fuerza extraordinaria y con el tiempo llegaron a desafiar a los dioses así que Zeus, incomodo con ellos, decidió debilitarlos y dividirlos por la mitad. Los que eran del genero masculino resultaron en dos mitades masculinas y lo mismo los del genero femenino. Pero los que eran andróginos, o sea mitad hombre y mitad mujer, resultaron quedar en una pareja. Desde ese momento el impulso hacia el sexo complementario decidió las tendencias de cada uno.

5. Agatón. En su discurso empieza por remarcar que los que le han precedido han hablado sobre los beneficios que Eros aporta a los hombres pero nadie ha hablado de las cualidades de Eros. Dos aspectos son los que desarrolla, por un lado afirma y demuestra con las explicaciones que Eros es el más bello y el mejor de los Dioses. El más bello por que es el mas joven, y no el más viejo como defendía Fedro, y también el más delicado y grácil. El mejor por que su virtud es debida a ser el más justo, el que tiene más templanza y el que es poseedor de mas valentía y sabiduría. Concluye su discurso afirmando que quien posee tales características es luego causa para los demás de otras cosas semejantes.

 6. Sócrates. No inicia directamente su propio discurso sino que primero rebate por completo lo dicho por Agatón. Para hacerlo usa hábilmente la técnica de las preguntas y consigue que con las respuestas el propio Agatón acabe reconociendo que la verdad es diferente a los deseos que expuso con su discurso. Así acabará admitiendo con Sócrates que Eros busca la belleza por que no es bello y, en no siendo bello tampoco es bueno, por lo que ansia la virtud también por carecer de ella. La intima afinidad entre lo bueno y lo bello es un principio fundamental en la ética socrática y en general bastante difundido entre los filósofos griegos. Pero el verdadero discurso de Sócrates empieza con el relato de lo que le explicó Diotima de Mantinea, figura a la que recurre Platón para dar pie a la parte central del diálogo. La conversación con Diotima enlaza con la forma en que Sócrates acaba de rebatir a Agatón. La de Mantinea explica que no forzosamente la ausencia de belleza es fealdad ni la ausencia de sabiduría es ignorancia. Entre esos extremos hay gradaciones. Así el recto juicio o el opinar rectamente sin poder dar razón de ello es un estado intermedio entre el conocimiento y la ignorancia. Sigue Diotima preguntando y forzando respuestas de Sócrates que le conducirán a la afirmación de que Eros no es uno de los dioses sino un daimon (daimon es una naturaleza intermedia entre los hombres y los dioses)que no es inmortal pero tampoco es mortal. Explica el nacimiento de Eros, hijo de Penia y de Poro, concebido por Penia, la pobreza o falta de recursos, en un momento de embriaguez de Poro el hijo de Metis que encarna el Recurso. Así da pie a explicar las cualidades que tiene y no tiene Eros, en función de las dotes que le transmiten sus progenitores. La argumentación lleva a Diotima a explicar que solo los que saben que carecen de algo son amantes de lo que les falta. Así los dioses no aman la sabiduría por que ya la poseen y los ignorantes al no saber que les falta sabiduría no la aman pues no se saben faltos de ella. Entonces, - pregunta Sócrates a Diotima - ¿quiénes son los que aman la sabiduría, si no son ni los sabios ni los ignorante? Diotima contundente explica que son los que están a medio camino entre ambos extremos, como Eros que a causa de su nacimiento se halla a medio camino entre lo que procede de un padre sabio y fértil en recursos y una madre ignorante y carente de recursos. Mediante el sistema de diálogos Diotima conduce a Sócrates por una escalera de razonamientos que acabará en un discurso al estilo de los sofistas. En el punto culminante del diálogo Diotima hace un resumen y dice en que consiste el amor: es el deseo de poseer el bien para siempre. De esta afirmación se desprenderán las consecuencias del diálogo y se desgranaran las cosas necesarias que deben de perseguirse. Así es como Diotima desvela que tras ese deseo de conseguir el bien y retenerlo para siempre se esconde la necesidad de procrear en la belleza, tanto según el cuerpo como según el alma. Así pues el amor no es simplemente amor de lo bello sino amor de la generación y de la procreación de lo bello. Pues si el amor es desear el bien para siempre, es forzoso aceptar que el amor sea también amor de la inmortalidad. Los fecundos de cuerpo tenderán a la generación de hijos de la carne que los trasciendan y buscaran el amor en la mujer bella. Los fecundos de espíritu, también llamados en el diálogo creadores, buscaran engendrar hijos del espíritu, educandos o alumnos, a los que transmitir sus virtudes en un deseo de generar obras inmortales y lo harán siguiendo un camino de progreso que Diotima explica paso por paso y que va desde la belleza particular de un cuerpo joven hasta la belleza absoluta desligada de lo físico y de la que emanan todas las bellezas particulares. Belleza absoluta que se convierte en el objetivo final del perfecto amante. Sócrates para acabar su discurso les hace entender que es Eros el mejor colaborador del hombre en estos afanes ya que se precisa del poder y valentía de este para recorrer el camino hacia el bien y la belleza que nos aproxima a la inmortalidad de los dioses.


IV. La llegada de Alcibíades y su improvisado discurso final. Alcibíades aparece algo borracho al final del banquete con un grupo de juerguistas y se acomoda entre Agatón y Sócrates lo que da lugar a un discurso sobre las relaciones entre amantes y amados. Para ello usa un relato de su propia experiencia amorosa con Sócrates.

ANÁLISIS.

I. El amor. En este Diálogo Platón expone su teoría del amor. Usa las distintas visiones de Eros que aportan los invitados para culminar con la explicación de la suya. Junto a los discursos, razonados y encadenados por los diálogos, también usa la experiencia personal al acabar el relato con el discurso de Alcibíades.
Platón usa a los personajes para perfilar la idea de que Eros impulsa un tipo de relación amorosa más profunda que la impulsada por Afrodita. Esta última esta del lado de lo corpóreo representando la faceta gozosa del juego sexual sin la participación de la pasión amorosa del alma. Eros hiere más profundamente y atrapa en su hechizo a los amantes más allá de los placeres físicos del cuerpo. Ambos tienen relación con el ideal de la belleza, pero en Eros se produce con más facilidad la sublimación y por tanto, la entrega del alma al amante, pasa a ocupar la parte central de la relación incluso más allá del contacto físico. El amor Platónico es el paradigma de la relación amorosa sublimada en la que el contacto físico a menudo es consciente o inconscientemente evitado para huir de la trivialización de los placeres físicos y concentrarse en los placeres del alma.
Si Afrodita patrocina la unión sexual, la fusión de los cuerpos y la sensualidad entre los amantes, Eros produce un enamoramiento que, en la visión Platónica, anhelará engendrar en la belleza. Pero Eros y Afrodita pueden ser momentos distintos del mismo proceso o pueden estar disociados cuando se aspira a un amor sublimado. El desahogo sexual acaba a menudo con el anhelo inicial del Eros y por el contrario la sublimación del deseo puede convertir el anhelo erótico en un impulso hacia lo infinito, hacia la inmortalidad o hacia la trascendencia del espíritu.

II. La homosexualidad. Platón recoge de su entorno histórico el tema del amor homosexual y al desarrollar su teoría amorosa parece buscar las bases que permitan más que entender esta conducta justificarla y trascenderla. En el momento de escribir El Banquete y Fedón, ambos diálogos muy cercanos en el tiempo, la pederastia, institución griega ligada a la educación de los hijos de los nobles atenienses, tiene más pasado que futuro. Pero no será hasta que escriba las Leyes, en su vejez, cuando repudie abiertamente la pederastia lisa y llanamente como contraria a la naturaleza humana. Tampoco se ha de olvidar que Sócrates, maestro de Platón, fue condenado a muerte por un tribunal popular que lo acuso de corromper a los jóvenes. En el Banquete Platón ofrece una visión de Sócrates que lo acerca al ideal del amante erótico. Quizás aproveche el tributo a su maestro para iniciar el desarrollo de su visión del eros y del amor que no acabará de completar hasta la madurez cuando diez años más tarde escriba Fedro.


MI REFLEXION FINAL

Para analizar o reflexionar sobre lo que Platón expone a menudo es necesario referirse a otros Diálogos. La lectura del Banquete confirma las tesis expuestas en la República y nos pone en guardia ante la división expuesta con esas dos formas de entender el amor y las consecuencias sociales y políticas que ello puede traer. No me refiero a las connotaciones sobre la homosexualidad sino al solapado desprecio hacia la feminidad y el papel de la mujer en la sociedad que protege la forma platónica de entender el eros y el amor. En la República Platón declara, sin rubor alguno, que la reproducción es sobre todo un problema político y por tanto a tratar de forma global. El deseo individual de tener niños no tiene valor para Platón, si no es para el hombre (y la mujer) "vulgar" que puede creer que satisface su anhelo de eternidad o trascendencia a través de la fecundidad de los cuerpos. Pero las almas apasionadas por un verdadero amor de lo eterno solo quedarán satisfechas con el amor de lo verdadero, es decir con la fecundación de las almas, no de los cuerpos. Los hombres en búsqueda realmente de la eternidad se volcaran hacia las almas bellas y más aptas para ser educadas, que son las de los muchachos. Y la relación amorosa, si no erótica, entre maestro y discípulo, es más digna y deseable que el amor entre hombre y mujer.
Es preciso tener presente este menosprecio por la procreación para comprender la indiferencia absoluta con la que se trata la cuestión de la relación entre los sexos y la relación con los hijos en La República. Las tesis del Banquete se hacen patentes en todos los lados donde el alma se defiende del cuerpo, donde el cuerpo se defiende del alma. En cualquier parte, tanto en filosofía como en el erotismo, uno se separa del otro y en esta división se fuerzan las consecuencias para el hombre o mujer individual, ya que tras la filosofía hemos de ver las consecuencias sociales y políticas así como tras esa visión del eros hemos de ver el uso práctico de las relaciones amorosas entre los seres humanos de cada día.
La simplificación Platónica de la diferencia de los sexos a través de la disolución de la familia tiene el mérito de ponernos en guardia y resaltar algo que podría olvidarse: el hombre y la mujer no se definen solamente por una diferencia anatómica o fisiológica. La pareja heterosexual no es simplemente diferencial sino que compromete la relación de los dos sexos a un proyecto común: sobrevivir juntos, procurar un futuro a los mortales. Es especialmente cuando la relación se refiere a ese tercero, que solamente puede nacer de su unión, cuando el hombre y la mujer se definen como diferenciados verdaderamente. Si se olvida la relación con la descendencia o si no se establece sobre ella ningún vinculo social, como el matrimonio y la filiación, la diferencia entre hombre y mujeres no tiene sentido y la identidad sexual no tiene demasiada importancia. Es precisamente la paternidad o la maternidad la prueba decisiva de la diferencia de sexos y Platón con su menosprecio del amor vulgar y su exaltación de la homosexualidad sublimada olvida que cada uno de nosotros somos individuos que para nuestro completo desarrollo precisamos de la aportación de ambos sexos comprometidos en dotarnos de esa trascendencia que él parece poner solo en el ideal amoroso del maestro por el discípulo.

El vinagre y la grappa, o el sueño del orégano



El vinagre y la grappa estaban en distintos armarios. Un buen dia alguien se los dejó encima del mármol de la cocina descuidados y tuvieron que estar juntos hasta la mañana siguiente.

Aquella noche no durmieron ni el orégano, ni la mayonesa, ni la crema de leche, ni la manteca, tampoco la leche y el vino que últimamente estaban  cada uno muy en lo suyo.

No se sabe exactamente quién empezó. Unos dicen que fue la grappa fastidiada porque se le estaban acabando las existencias y vio que el vinagre estaba casi por estrenar. Como era más alta, le miró de arriba a abajo, torciendo provocativamente su cuello de cigüeña, y sin sacarse las gafas le dijo al vinagre que le apestaban las axilas. El vinagre que no por ser de Modena era más suave, tenia puestas unas pilas nuevas hacia poco y se revolvió en su botellín con tal furia que una nube de posos le cegó por por momentos: miraquien habla, tu que hiedes encuantoabres la boca...

Y ya estuvo. Volaron los improperios en direcciones ambas y viceversas. Se sacaron el brillo y los trapos todo lo que supieron. Total para poca cosa más que para un baile. En uno de los descansos, cuando parecía que amainaba la tormenta, la crema de leche quiso ligar la cosa como quien liga una salsa y empezó su ronroneo redentor. Ya se sabe que para que la cosa ligue hacen falta muchas vueltas y revueltas del almirez: al final es probable que la salsa se acabe cortando pero en esta ocasión no llegó a corte, fue un simple navajazo. Tu calla le espeto la grappa que no te ha dado nadie vela en este entierro. Eso! –siguió el vinagre– calla, que tan mosquita muerte que pareces y en el fondo venderias a tu madre para tener un programa en la Ser como la Encarna. La mayonesa, alarmada por el cariz que tomaban los hechos, sacó la dentadura del pote y se fue derecha al vinagre. Adoptando un tono conciliador le dijo por lo bajini: tranquila mujer tranquila que a esta – refiriéndose a la grappa – solo es cuestión de echarla un poco de azúcar… Pero si le vas a dar de comer y te muerde la mano, un bozal y no azúcar es lo que habría que darle !!!  dijo indignado el vinagre.

Basura, eso es lo que sois, una basura napolitana (...prego!) se oyó que respondía la grappa con aire de nazi suficiente y siguió: a mi ya me han destilado y soy Pura, pero... a ti, a ti ni se te bebería el más asqueroso violador negro de Soweto. A la mayonesa –todavía fuera del pote–, le entró una mosca en la boca que se había olvidado cerrar. A la crema de leche le entraron Richard Attenborougnianas ganas de gritar ¡Libertad!  cuando oyó las referencias a Soweto…en esos afanes se empeñaba cuando empezó a salirse del botellín y a derramarse encima de la manteca quien al notarse humedecida empezó a vociferar: he roto aguas! he roto aguas!



Tal desmadre contemplaba el orégano en su bote, que decidió no salir ni para ver el tiempo que hacia. Fue así como empezó a soñar. Y soñó que la grappa era seca y altiva, de mucho cuerpo y no menos fuerza en el carácter, gracias a sus cuarenta grados de alcohol. Entendió el motivo de sus vanidades y soñó que mezclada con dulces frutas de Lombardia se volvía audaz y exuberante hasta perder la Importancia. Soñó también que el vinagre era oscuro y de complicados caminos recorridos por mil aromas. Vio como el vinagre –extraviado en sí mismo–, atacaba ácidamente lo más cercano sin evitarlo. Entendió su torturado Destino y soñó que finalmente un  recipiente artesano de cristal finísimo le contendría de su propio acido. Y soñó que al final: ni el vinagre era tan ácido ni la grappa tan seca, que tan solo les faltaba, como a todos, su Contrapunto.



Así fue como llegó la mañana, despertando al orégano de sus sueños y poniendo en su sitio al vinagre y a la grappa.





Del elogio y elucubración de la pizza


Nunca hubiera pensado que de la pizza se podía decir tanto.  Pero un día casualmente leí unos comentarios de un taliban pizzero, un napolitano viviendo en España desde más de 20 años, que encendieron la mecha de la curiosidad.  Eso, junto al hecho de que en 2017 la Unesco declaró a la Pizza Margarita Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, me ha dado motivos para dedicarle una pequeña disertación en la que exponer mis reflexiones.

Reduciendo el tema a su mínima expresión podríamos decir que hay dos posturas existenciales frente a la pizza.

Una, consolidada por la masificación, arraigada por el puro negocio, extendida por la precariedad del tiempo útil familiar,   aceptada por su versatilidad, y deseada por todos por su gusto ancestral a pan recién hecho. 

Otra, la que ve en la pizza algo esencial y ensalza su frugalidad, dando importancia a la calidad por encima de la cantidad de los elementos que la constituyen y definen.

Que la pizza viene del pan no vamos a discutirlo.   Pero que la pizza sea el resultado de acumular “cosas comestibles” sobre su masa básica, es algo que esta por ver.

Empezaré por el comentario del Taliban napolitano de la pizza… y que podría subscribir, si con ello no ofendiera a una parte de la población.

A la pizza, generalmente, se la mata por ignorancia o incultura. Cuando “el perpetrante" combina ambas, cae inevitablemente en desgracia, como cae quien con sus lorzas y su falta de gracia se arranca a ejecutar la danza del vientre.

Se la mata por incultura cuando se peca por exceso. Aquí alguna ley esencial: la pizza ha de ser espartana, estoica, frugal. Si tienes hambre, cómete dos, pero por lo que más quieras, no la cargues. Las malditas arrobas de queso indocumentado, el tomate insípido de bote, los palitos de cangrejo, el jamón cocido de sobre y otras agresiones convierten esa maravilla en una bofetada gastronómica. Transformar la mezcla de ingredientes en un aquelarre tiene mala cura, porque a quien le gusta el rancho será difícil llevarlo por el buen camino.

Es algo más fácil subsanar los errores mortales que se cometen por desconocimiento, y que suelen acabar en una masa mal hecha. Para saber hacer pizzas hay que saber hacer masas y si no sabes, Manolete, hazte una tortilla francesa o el harakiri, pero no me molestes anunciándome una gran pizza para cenar en tu casa… primero aprende.  Cosa posible.

Cuando leí esta provocación me asaltó la duda… ¿sabía yo hacer masa de pizza?

Mi examen de conciencia dio como resultado que lo que yo creía que era una masa de pizza probablemente no encajaba en el concepto sublime del napolitano… y me pregunté como enmendar la situación.   Así fue como empecé a estudiar el tema.

Resulta que todos alguna vez hemos decidido que esta noche cenamos pizza… y ante ello tenemos varios caminos (siempre y cuando la hora de la decisión no sea más tarde de la hora de cierre de los supermercados, por que sino las opciones se reducen) dejaré para el final la que yo creo es la solución a la propuesta.


  • La primera opción es llamar al pizza Hut de proximidad, o parecido… y, antes de que llegue, tomarse un omeprazol preventivo.
  • La segunda es bajar al Caprabo de proximidad y reclutar una base de Pizza Tarradellas o similar para confeccionarla en plan handmade como nos plazca.  
  • La tercera es hacer la masa uno mismo  o  echar mano del TMX (thermomix) para lo que buscariamos la receta de pizza, que nos dirá que necesitamos levadura fresca y harina sin especificar (cosas que se supone que tenemos o que podemos comprar en el Caprabo antes de que cierre).  
  • La cuarta es recordar que tenemos congelada una pizza de aquella charcutería que dicen que la hacen ellos mismos y que es de butifarra blanca, de bull de Vic o de sobrasada de Palma o de atún y chorizo, que ahora esta muy de moda la fusión mar y montaña. 

Esta claro que, antes de saber un poco más sobre la pizza, mi opción era la del TMX… y antes de eso también la pizza Tarradellas, y cuando era mucho más joven y no necesitaba omeprazol también había pecado con la pizza Hut…  pero ahora que he aprendido sobre la masa de pizza, mi respuesta hubiera sido… “imposible esta noche, si queréis cenar una buena pizza, dejemoslo para el viernes, y preparo la masa hoy (que es martes)”.   Y hubiera convencido al proponente que mejor cenábamos una Quiche Lorraine o una Flammkuchen (Tarte Flambé Alsaciana) … pero una pizza no!.   La pizza es una masa que necesitas levito, o sea el efecto de las levaduras, los sacaromyces cerevisiae,  responsables de la fermentación tanto del pan como del vino y la cerveza, y este efecto requiere su tiempo y sus condiciones meteorológicas… como veremos.  Pero el resultado de la masa de pizza no solo va a depender del levito, y de las condiciones en que se da, sino sobre todo (mucho más importante de lo que se cree) del tipo de harina que usemos.


Ah!  Pero es que hay diferentes harinas de trigo, a parte de la harina integral y la normal…? pues si.  En el super tenemos, generalmente, tres o cuatro clases de harina de trigo.  La harina de repostería Gallo o similar, la harina para rebozados y fritos, la harina normal sin especificar y la harina de fuerza Harimsa o similar, que no esta siempre ni en todos los supers.

Asi pues, la pizza precisa de una harina que va mejor que otra.  Pero si queremos una pizza buena de verdad, debemos de usar harina de gran fuerza y fermentación de al menos 24horas en nevera, que se puede prolongar hasta 5 días sin problema.

Mi recomendación es la harina “Especial Pizzas de fermentación 24h”, se puede comprar en la web: https://www.elamasadero.com/harinas-italianas/380-harina-especial-pizzas-fermentacion-24-horas-1-kg.html  con esta harina se consigue una pizza extensible pero resistente, con una miga aireada y ligera, crujiente por fuera y tierna por dentro.  También te la puedes traer de Italia que la tienen en cualquier super...

Es una harina es de tipo 00 (es decir, molida muy finamente) y de gran fuerza (W 400). Al tener tanta proteína, hay que dejarla fermentar en la nevera durante un mínimo de 24 horas para que el gluten se hidrate completamente y la masa se vuelva extensible pero resistente (por eso se pueden formar las bases haciendo girar la masa en el aire). La fermentación larga ayudará, además, a desarrollar el sabor de la masa. Si no la dejas fermentar el tiempo suficiente, tendrás una masa difícil de trabajar.



La siguiente receta te explica cómo hacerlo.

Receta para masa de pizza

Tendrás suficiente masa para 3 pizzas medianas

* 500 g de harina especial para pizza
* 335 g de agua tibia
* 10 g de sal
* 3 g de levadura seca de panadero

1.- Mezcla todos los ingredientes y amásalos un par de minutos. Deja reposar diez minutos y vuelve a amasar. Con tres ciclos de amasado (y dos reposos en entre ellos) será suficiente.
2.- Mete el bol en una bolsa de plástico, cierra y deja fermentar 8 horas.
3.- Tras este tiempo, divide la masa en tres trozos, mételos en un túper y deja fermentar en la nevera un mínimo de 24 horas (puedes dejarlo hasta 5 días en la nevera).
4.- Dos horas y media antes de hacer la pizza sacar la masa de la nevera. Verás que ha crecido sensiblemente. Divídela entonces en tantas pizzas como quieras hacer y bolea en redondo sobre la mesa enharinada. Las bolas que no vayas a usar mételas de nuevo en la nevera envueltas en plástico. Podrás emplearlas para hacer pizzas con éxito hasta cuatro días después de haber creado la masa.
Deja que la masa que vas a usar complete la fermentación y se atempere reposando dos horas más a temperatura ambiente.
5.- Coge una hoja de papel de hornear y espolvorea levemente con harina para evitar que se pegue la masa. Pon esta encima y extiéndela un poco con las manos para darle forma de círculo. Para evitar que se te pegue a las manos, espolvorea también con harina la superficie.  Cuando tengas el círculo hecho, extiende la masa, manteniendo esa forma, con un rodillo. No hace falta que la estrujes al máximo ni que la dejes fina como el papel. Con tres o cuatro milímetros sirve.
6.- Cubre la masa, ya extendida, con un paño limpio y deja fermentar 30 ó 40 minutos. Esto permitirá que gane algo de volumen y no quede dura. Transcurrido ese tiempo ponle encima los ingredientes que consideres.
7.-Con el horno precalentado a 250 grados (precalienta al menos media hora) y la plancha Celsius, si la tienes, en la segunda altura contando desde abajo, lleva la pizza, con hoja de papel de hornear incluida, hasta la plancha ayudándote con la pala, la tapa de madera o lo que tengas a mano.
8.- Deja la pizza horneando a esa temperatura entre 12 y 14 minutos. Cuanto más tiempo la dejes, más crujiente, pero recuerda que tampoco se trata de que saques del horno una tabla…

Consejo: Con el paso de los días en la nevera la masa se hará más elástica y fácil de amasar. Puedes amasar el lunes y comerte la pizza el jueves sin problema. El momento óptimo es 48 horas después de amasarla.



La historia de Maria Morera



Érase una vez un árbol que se llamaba María, era de la familia de las moreras, por eso en el vivero donde nació la bautizaron como María Morera.  Vivió sin grandes preocupaciones durante 13 años entre sus hermanas alineadas ordenadamente en el vivero.  Su vida era de placer, nadie la molestaba y se alimentaba de una rica tierra fertilizada así como de un regadío constante.  Creció bastante y se hizo guapa.

Un buen día, alguien la compró y los trabajadores del vivero se la llevaron, con un buen cepellón de tierra que albergaba sus raíces, a Vilanova i la Geltrú.

Cuando llegamos a nuestra nueva casa María Morera ya vivía en ella desde hacia 12 años, así que en aquel momento tenia unos 25 años, o sea que era una adolescente para las edades de los arboles.

Al principio mi relación con ella fue buena, me gustaba la sombra que daba y el conjunto del fondo del patio era armónico con su majestuosa presencia. Pero no todos pensábamos lo mismo. Desde bien pronto Anna se enemistó con ella.  Era una pena pero María ensuciaba el jardín, bueno el patio, con su caída de hojas bianual, también cobijaba varios tipos de aves, palomas, lechuzas y pajaritos menores, lo que proporcionaba estiércol a las plantas que vivían a su sombra.  Desgraciadamente para Maria también se ensuciaba la vieja mesa de mármol que trajimos de Tartera, las sillas de teca, el suelo circundante y sobre todo la sombrilla de la piscina… La guerra empezó soterradamente y en el alma de Anna nació pronto la idea del asesinato.

Durante unos años mi resistencia a favor de María usó todo tipo de argumentos, que si daba sombra, que si daba más privacidad al jardín, que si evitaba las miradas de los vecinos sobre la piscina… que si era una pena matar al vegetal… la cosa fue aguantando con diversos ataques podadores que la fueron esquilmando, y reduciendo, hasta que este verano sucedió lo inesperado.  María Morera enfermó de un hongo que volvió blanquecinas las hojas y llenó de esporas el jardín y la superficie de la piscina…

Un último intento de pacto fracasó. De acuerdo con el jardinero, le prometí a Anna que fumigando con un fungicida el problema se resolvería… hubo una tregua aparente mientras no decidíamos (el jardinero, María y yo) si mi promesa había hecho efecto en el ánimo de Anna….

Pero un sábado aciago, pocos días después, vi a Anna encaramada en la escalera de mano mediana, podando a saco las ramas a las que alcanzaba… me sumí en mis meditaciones y volví a entrar en mi taller.  Poco después oí un alboroto seguido de grandes lamentos y casi llantos.  Salí corriendo, pensando que algo había atacado a Anna, una serpiente, un gato asilvestrado o una ave rapaz. Nada más lejos…   Me encontré a Anna maldiciendo a María y a su p… madre.  Se había caído de la escalera contra el suelo y se había hecho un enorme moretón en su majestuosa cadera y parte de la nalga izquierda que tanto admiro.   Me lamenté por ello y mirando de reojo a Maria comprendí que el vegetal, en un último y desesperado guiño, se había defendido.  El episodio fue llamado “la Venganza de la Morera”, pero fue su sentencia de muerte.  Un último acto heroico, que como casi todos, fue inútil.

Dias después, desechando totalmente mi promesa, se firmó con el jardinero la sentencia.  Hoy el día del cumpleaños de Lea, cayó con honor, enferma y desesperada, bajo el corte de la motosierra.  Quizás en la otra vida nos perdone.  Eso espero.

20 sept 2017

La mancha



Jon se despertó enfurruñado… le daba pereza dejar la cama calentita y vestirse.  Nona, su abuela, le llamaba desde la cocina para que fuera a desayunar, pero él se tapaba la cabeza con la almohada…

– ya voy ya voy...  dijo escondiéndose entre las sábanas…
– venga Jon, que llegarás tarde… volvió a repetir Nona

Y es que la Nona era americana del sitio de los pieles rojas, de Iowa, hija de emigrantes italianos, por eso la abuela era la Nona y siempre llamaba a Joan por su nombre americano que Joan había aprendido a escribir sin la hache… así es como su nombre había quedado para familia y amigos… él era Jon.

Poco a poco fue bajando de la cama… primero puso un pie en el suelo…

– Uff!  que frio que hace… dijo protestando mientras buscaba sus zapatillas…
– Nonaaaa!  no encuentro las zapatillas!

Y la abuela se las llevaba como siempre por que muchas veces se las dejaba debajo de la mesa de la cocina mientras cenaba. Siempre que pasaba lo mismo la Nona hacia lo mismo…se las traía, y le daba un beso en la cabeza mientras decía:

– un día te dejarás también los pies dentro de las zapatillas y te irás a dormir sin pies…

Y Jon se reía por que ya sabía como acababa la historia… y la Nona seguía diciéndole:

– entonces por la mañana cuando te levantes me dirás:  Nona, Nona que no tengo pies !!! me los han robado mientras dormía !!!

La madre de Jon era comadrona y trabajaba en el Hospital de Vilanova.  Tenia el turno de noche hasta las nueve de la mañana por eso Jon vivía en casa de la Nona durante la semana y solo iba a casa de sus padres los viernes.  Jon quería tener un hermanito y su madre siempre le decía que eso se lo dijera a su padre… y su padre  –que se llamaba Elvis por que era americano de Iowa–, le decía que eso se lo dijera a su madre… y Jon se lo decía a los dos y entonces los dos reían mucho pero el hermanito nunca llegaba.

Quim, el papa de Silvia, ya estaba llamando a la puerta cuando Jon todavía no se había acabado el colacao.   Silvia era una compañera de su clase que vivía al lado de la Nona y su papá los llevaba en coche a la escuela cada día.  Con las prisas en acabarse el colacao le cayó un pequeño sorbo en la camisa…

– la hemos hecho buena….!!  –dijo la Nona mientras cogía un trapo para limpiársela…
– no, no pasa nada Nona puedo ir al cole con la mancha…. venga Nona déjame marchar que llegaremos tarde…

Y Jon salió con su mancha en la camisa para no llegar tarde al cole…

Aquella mañana Luisa, que era la señorita de Jon, tenía un dolor de cabeza de caballo….se había tomado una pastilla sin demasiado efecto.  Pero cuando llegó a la clase de los de segundo y vio a Jon con su mancha se olvidó por completo de su dolor de cabeza.

– A ver Joan Serrat ¿qué tienes en la camisa?  en medio del pecho…
– Es que… es que me he manchado con el colacao señorita…
– Y no te has cambiado de camisa?
– No… es que no tenia tiempo porque Quim ya me estaba esperando en la puerta…
– muy biennnn, muuuy biennnn, asi que iremos manchados todo el día, ¿no?
– Sssi... señorita...
– Muy biennnn! Entonces hoy haremos todos un dibujo de la mancha de Joan… Y ganará el dibujo que más nos haga reír… Ala, chicos poneos a dibujar la mancha de Joan…

Jon se puso colorado, le daba vergüenza que todos miraran su camisa manchada… Pensó que él no tenia la culpa de que la mancha hubiera decidido caerle encima justo cuando Quim llamaba a la puerta… el mundo era injusto con él y odiaba a todas las manchas.  No podía llorar porque pensarían que era un flojeras… pero las manchas ya se podían preparar por que les iba a declarar la guerra.  Cruzó los brazos sobre la mesa y escondió la cara para que nadie viera que estaba a punto de llorar…

Estaba así, cuando de pronto se fijó en la mancha de su camisa, era una mancha curiosa, parecía que tuviera ojos.  Se diría que aquellos ojos lo espiaban…  Si miraba a la mancha de golpe, la mancha hacia ver que no pasaba nada y no movía los ojos… pero si la miraba despacio, sin que la mancha lo notara, parecía que efectivamente la mancha tenia dos ojos que no paraban de mirar y chafardear todo. Esto no puede ser –pensó rápidamente Jon– las manchas normalmente no tienen ojos… pero está claro que aquella podía ser una mancha especial… a lo peor también tenia boca y hablaba.  Decidió hablarle para ver que pasaba…

– eh tú! mancha! ¿qué miras?
– ¿es a mí?  –le preguntó la mancha mirándole a los ojos–
– si, a ti mancha traidora que caes sin avisar!!!
– pues miro tu universo, tu mundo que es muy diferente del mundo del que yo vengo…
– ¿pero qué dices? si tú no vienes de ningún lado… las manchas no viajan que yo sepa.
– ala! ¿tú no sabes nada sobre manchas verdad?  ya veo que tendré que explicarte muchas cosas… a ver, para empezar has de saber que las manchas antes de manchar somos parte de la cosa que mancha y no somos visibles… por ejemplo yo soy una mancha de la raza del cacao, es como si para ti fuera un niño africano, si fuera una mancha de kechup seria para ti como si fuera un niño indio piel-roja, y si fuera una mancha de leche seria como para ti un niño blanco europeo… ¿lo entiendes?
– vale, y si fueras una mancha de huevo serias como una niña china, como Liu que es adoptada y va a mi clase de segundo, ¿no? me parece que lo entiendo un poco… más o menos… pero… ¿por qué dices que eres invisible antes de manchar?  esto no lo entiendo.
– bueno es muy fácil, verás yo estaba dentro del colacao, pero como soy del mismo color no se me podía distinguir del resto… solo si salía del colacao podía vivir una vida propia  y ser independiente para hacer lo que me gusta más… ahora sobre tu camisa ya soy visible y puedo hablar. Nosotras nacemos cuando nos hacemos visibles… antes de nacer somos como los niños de tu mundo que están dentro de la barriga de sus mamás, que no se ven pero todos saben que están allí… ¿lo entiendes Joan?
– vale, vale, ahora si que me he perdido del todo…. a ver, si dices que naces cuando manchas mi ropa, como es que has aprendido a hablar tan deprisa… los bebés cuando nacen no saben hablar… mmm tardan mucho y en cambio tu has nacido solo hace un rato y ya hablas… me parece que me estás tomando el pelo…
– que no Joan, que nosotras somos diferentes… yo no sé que quiere decir esto del pelo que me has dicho, por que nosotras no tenemos pelo… pero de verdad que no te engaño… nacemos pero ya pensamos y hablamos desde mucho antes, y soñamos con lo que haremos cuando nazcamos y también hacemos planes… y muchas cosas que no entenderías…
– vale, vale –dijo Jon medio enfurruñado–  pero me has hecho quedar muy mal delante de toda la clase y esto no te lo perdono… te he declarado la guerra y te limpiaré asi que pueda…
– nooo! por favor no lo hagas Joan!  yo no puedo vivir sin tu camisa, quiero conocer más cosas de ti y quiero ser tu amiga… déjame que viva aquí contigo te prometo que no te molestaré… no me mates por favor!

Los ojitos de la mancha lloraban lágrimas de colacao que todavía ensuciaban más la camisa… la mancha se hizo un poco más grande y húmeda… y Jon sintió un poco de pena por que los ojos de la mancha se hacían pequeños y redondos cuando lloraba.

– vale, vale, no llores mancha que no te limpiaré… de momento… pero me has de decir porque quieres ser amiga mía

Los ojitos de la mancha dejaron de llorar y se hicieron más grandes y alargados, era su manera de sonreír.  La mancha se recompuso, hizo ejem ejem a su manera y volvió a la medida de siempre.  Jon se la miró y decidió darle una oportunidad…

– pues…pues porque no tengo a nadie para hablar… al único que conozco en este mundo eres tú i quiero saber todo lo que pasa a tu alrededor… por eso nos hemos de hacer amigos y querernos un poco… bueno yo ya te quiero porque gracias a ti he nacido.
– muy bien mancha, pero si hemos de ser amigos me has de decir que nombre quieres tener.
– me gustan los que te he oido aquí en la escuela cuando has llegado y les ibas diciendo hola… Yann, Lea, Tom, Marta, Raquel, Anna, Celia,… pero quizás lo que más me gustaría es llamarme Limpia… si, seria fantástico ser una mancha Limpia.  Por favor, por favor, me llamarás siempre Limpia verdad?
– de acuerdo si quieres ser Limpia lo haremos así… pero será difícil explicar a los demás que una mancha quiera ser Limpia, tu y yo sabemos que las manchas siempre son sucias… ¿no?
– hombre Joan, no es exactamente así…. las manchas son sucias para vosotros que no entendéis que nosotras vivimos al hacernos visibles… pero a nosotras no nos parece que, al hacernos presentes en vuestro mundo,  ensuciemos nada, digamos que lo que hacemos es cambiar el aspecto de la ropa, de las servilletas o de los manteles. Es como una especie de decoración!
– si Limpia, pero a las mamás y a las abuelas no les gusta nada vuestra “decoración” y se quejan siempre por que somos sucios y nos manchamos, y por culpa vuestra nos dan la paliza o nos castigan…
– ya ya, ya lo sé pero no siempre los grandes comprenden las cosas de los pequeños… a ti también te pasa que de vez en cuando el mundo no te parece justo, ¿no? pues esto es lo mismo…
– vale Limpia…. ¿esto quiere decir que nos ayudaremos delante de los grandes?
– si, si, siempre que pueda yo haré la forma decorativa más bonita que pueda… mira ahora mismo puedo ser una estrella de shérif… si tu quieres claro…
– vale, si, que chuli, si, si por favor Limpia hazte la forma de una estrella de shérif!!!

La mancha Limpia empezó a sudar, a alargar unos pequeños brazos y fue tomando la forma de una estrella de seis punta hasta que Jon parecía un shérif de verdad con la estrella en su camisa.

Jon pasó el resto del día feliz con su estrella y cuando volvió a casa Nona se dio cuenta de que regresaba muy contento…

– como ha ido la escuela Jon?  –le preguntó
– bien, muy bien… sabes… tengo una nueva amiga…
– ah si? y como se llama…
– se llama Limpia…
– ¿Limpia? es un nombre un poco raro… Limpia ¿que más?
– no, Limpia y nada más…
– ah… y ¿de dónde es?

Jon se quedó pensativo un momento antes de responder… no sabia que decir, pero improvisó pensando que como era una mancha de chocolate…

– pues… pues es africana!
– y cuantos años tiene?
– como yo… vamos juntos a clase
– ah! que bien, y os sentáis cerca?
– si, en la misma mesa…

La Nona se fue a sus cosas y Jon a su habitación a poner en orden su mochila y preparar los deberes… en su camisa lucia una mancha de colacao con forma de estrella … pero… pero la Nona no había dicho nada… Jon pensó que quizás no se había fijado, pero no… no podía ser porque la Nona siempre se fijaba en todo.  Volvió al pasillo a mirarse en el espejo… si, la mancha estaba allí.  Que extraño que la Nona no la vieras… volvió a su habitación y cerró la puerta.

– escucha Limpia, como es que Nona no te ha visto?
– pues por qué…. porque cuando me trasformo puedo ser invisible para los grandes… y como sabia que a tu Nona no le gusto, pues me he disimulado… ¿tu no disimulas nunca Joan?
– hombre si… a veces hago ver que no oigo… pero no es lo mismo
– para mi si es lo mismo, mi forma de disimular es hacerme del mismo color que la ropa… por eso no me ven…
– pues podías haberlo hecho antes de llegar a la escuela!  mira en que lío me has metido… toda la clase haciendo dibujos de mi mancha y burlándose… que vergüenza me has hecho pasar!
– lo siento Jon… si quieres disimulo siempre!
– no! no! que la estrella me gusta mucho… solo disimula cuando estemos en casa, asi no me calentaran la cabeza… a ver si la Nona se olvida de la mancha de la mañana.  Le diré que me la han limpiado en la escuela…

Después de cenar Jon fue a su habitación a prepararlo todo para el día siguiente… dejó su camisa con la mancha encima de la silla y como no tenia manchas que los grandes pudieran ver se quedó tranquilo.  Se puso el pijama y se metió en la cama…



– buenas noches Limpia, hasta mañana!
– buenas noches Joan y que descanses…


Jon no las tenia todas… se había acostado pronto para pensar un poco más en todo aquel asunto de las manchas… recordó que su madre, cuando era bastante pequeño, le había dicho que el nono John se había muerto de una mancha que le salió en el pulmón… y Jon no entendía por que tenían que salir manchas en el pulmón a nadie…  Bueno, Jon no sabia muy bien que era eso del pulmón por que con 7 años todavía no tenia muy claro lo del cuerpo humano… el sabia que tenia manos, pies, orejas… todo eso se veía y era fácil…. también tenia picha, bueno pene, –que sino los mayores se enfadaban–, y sabia que era muy divertido cogerlo con los dedos y hacer dibujos en la arena mientras hacia pipí… pero las otras cosas que teníamos dentro no sabia muy bien como eran… y cuando la mama se las explicaba él prefería ir a jugar…. pero desde entonces Jon tenia un poco de miedo a las manchas.  Ahora ya no le pasaba, pero cuando era más pequeño si alguien se manchaba el vestido él lloraba y nadie sabía por qué… pero es que cuando era más pequeño también pensaba que todos los que tenían manchas se podían morir como el nono John.  Todavía se acordaba de un día que la Nona se manchó con el café y fue corriendo a abrazarle las piernas pidiéndole que no se muriera… que si no se quedaría sin Nona y no podía ser… la Nona le tranquilizó y le volvió a explicar una vez más que las manchas eran manchas y se limpiaban y no pasaba nada… pero él no se quedó demasiado convencido…  Él sabia que la manchas eran “traidoras y que se debía de ir con mucho cuidado”, si, si, eso exactamente se lo había oido decir a su madre cuando murió el nono y no lo había olvidado…

De pronto se acordó de que una vez la Nona le había dicho que en la despensa tenían un producto para quitar las manchas y pensó que cuando la Nona ya estuviera en su habitación, esperaría un poco, y sin hacer ruido iría a buscar “aquel mata-manchas” para esconderlo debajo de su cama por si la mancha era traidora y venia por la noche a buscarlo…. Él era valiente… no tenia miedo al perro del vecino que siempre ladraba a todo el que pasaba por la calle y tampoco a Félix que era el niño más grande de su clase y que siempre buscaba excusas para pegarse con alguien… ya se había peleado una vez con él y no había llorado, aunque se había rendido por que el otro le tenia cogido por el cuello con el brazo y no le dejaba respirar demasiado… pero la señorita Luisa les había separado y habían hecho las paces y ya no le tenia miedo, bueno un poco si, pero casi no se le notaba…. pero esto de las manchas era una cosa rara y le tenia mosca.  ¿Cómo podía ser que una mancha se metiera en el pulmón?  Estas manchas eran de poco fiar…. así que mejor tener a mano el “mata-manchas“ para matarlas mientras eran pequeñas… por qué “si se hacían grandes… era mal asunto”, cómo decía su madre… y pensando en estas cosas Jon acabó durmiéndose.

Al día siguiente Jon se levantó en cuanto oyó a Nona que lo llamaba, lo primero que hizo fue ir a ver su camisa colgada en la silla, si, Limpia  estaba allí mirándolo como si no pasara nada…

– buenos días Limpia , ¿qué tal has pasado la noche?
– bien, gracias Jon, ha sido un poco aburrido estar aquí sin ver nada… ¿por qué apagas la luz por la noche?
– es que es lo que hacemos siempre para dormir… si hay luz entonces no me duermo.
– vaya, no sabia eso, entonces ¿siempre que duermes esta todo a oscuras?
– si… pero ¿porque lo quieres saber?
– bueno por nada… solo es curiosidad
– bueno voy a vestirme y tú recuerda que cuando estemos con Nona no has de salir de tu escondite, ¿vale?
– si, de acuerdo, no te preocupes

Jon fue a hacer su pipí de la mañana y se lavó los dientes, después volvió a su cuarto, pero recordó que tenia que coger el “mata-manchas” sin que Nona se diera cuenta y como ella no estaba por la cocina fue rápidamente a buscarlo.  Enseguida dió con el spray y se lo llevó a su habitación para esconderlo.  No le dijo nada a Limpia que lo miraba sin saber lo que hacia.  Al cabo de un rato oyó que Nona decía:

– Jon el desayuno ya está, ven de una vez y no te entretengas…
– voy enseguida Nona

Aquella vez todo fue bien en la cocina y Quim llamó a la puerta como cada día.  al subir al coche Silvia se fijó en su camisa y en la estrella de color chocolate que llevaba

– que xuli, todavía llevas la mancha de shérif!!!
– shhh –dijo Jon bajando la voz– si, si, pero no lo digas muy alto que los mayores no lo tienen que saber…
– ah! y porque? –dijo Silvia en un susurro–
– pues es un poco raro pero mi mancha me ha dicho que puede hacerse invisible para los mayores… no sé como lo hace pero cuando estoy en casa no la pueden ver.
– pues qué bien! así no te dicen que tienes que tener cuidado, a mi también me gustaría tener una mancha así…
– si, es chuli, pero no sé porque esta mancha habla y otras no… es algo muy raro
– pero… ¿habla de verdad?
– si, y se llama Limpia
– hola Limpia  –dijo Silvia acercando su cara a la mancha–
– hola Silvia –respondió la mancha–  ¿que tal tu vida?
– pues… pues bien, como siempre… ¿y cómo es que hablas?
– pues por que las manchas podemos hablar pero no siempre lo hacemos, solo cuando vemos que alguien nos puede comprender…
– ahhh…

El coche había llegado a la escuela y Quim les abrió la puerta.  El resto del día fue como siempre y Jon lució su estrella de Shérif que ya era la envidia de sus compañeros…. pero no se atrevió a decir a nadie más que la mancha era parlanchina y que tenia ojos que lo miraban todo… antes de llegar a su casa, en un susurro Silvia le dijo:

– luego le preguntas a Limpia como lo tengo que hacer para tener yo también una mancha con la que hablar…
– vale, se lo pregunto después.  Hasta mañana!

Después de cenar Jon se fue a su habitación, se puso el pijama y se sentó en la cama, tenia a su camisa entre las manos y miraba a Limpia

– oye Limpia , Silvia quiere tener también una mancha como tú, así podrías tener una amiga!…dime: ¿como se hace?
– pues es fácil, solo tiene que derramarse algo por encima… así se manchará… y luego solo tiene que hablar con ella como si le entendiera,  si lo hace de verdad, con el corazón, la mancha le hablará… dile que lo pruebe.
– está bien, está bien, se lo diré mañana…

Jon se metió en la cama y volvió a pensar en todo aquel lio, esta vez estaba más tranquilo por que tenia el “mata-manchas” a mano… no se fiaba demasiado de aquella mancha parlanchina, su madre le había advertido que las manchas eran traidoras y se tenia que ir con cuidado cuando aparecían en el pulmón… si ella lo decía era por algo, su madre era como un medico, trabajaba en el hospital y de esto debía de saber más que los demás… siguió pensando un rato y por fin se quedó dormido.


Limpia  no dormía, estaba en la camisa de Jon, agazapada en la oscuridad. Esta vez Jon había dejado la camisa encima de la cama, a los pies, así que era más fácil salir de la camisa y atravesar por las sabanas hasta llegar a Jon.  Estaba oscuro, pero Limpia podía ver en la oscuridad igual que los gatos, también tenia buen oido y se podía orientar escuchando la respiración acompasada de Jon. Poco a poco se fue deslizando, como una serpiente silenciosa, por las sabanas a las que iba manchando a su paso… tardó varias horas en salir de la camisa y otra tantas en acercarse finalmente a la boca de Jon… cuando llegó al embozo de la sabana ya le faltan poco, miró detrás suyo y vio el rastro de chocolate que había ido dejando… suerte que la camisa había quedado bastante cerca pues a medida que iba avanzando se iba quedando cada vez más chupada, si hubiera estado más lejos habría llegado tan débil que quizás no hubiera podido cumplir con su misión…

Jon se removió en la cama y se dio la vuelta, Limpia, sorprendida, se quedó muy quieta… al darse la vuelta Jon, su objetivo se había alejado, miró con fastidio cuanto chocolate le quedaba todavía y vio que tendría suficiente para llegar de nuevo al otro lado de la cama… siguió reptando por le embozo y poco a poco se fue aproximando… En aquel momento Jon soñaba con el perro del vecino, que era un tremendo Rottweiler, que no paraba de ladrar, así que sin querer se tapó la cabeza con la almohada…. Eso a Limpia  la dejó helada, si Jon se tapaba la cabeza ella no podría acercarse a su boca y entrar… estaba confundida, como podía ser tan tonto aquel humano… debía de hacer algo pues no le quedaba mucho tiempo y su rastro de chocolate se debilitaba, era como si estuviera perdiendo su sangre… siguió reptando hacia la cabeza de Jon pero tenia que entrar entre la sabana y la almohada lo que era más complicado… pero no detuvo su lento avance y reptó sinuosamente… ya estaba cerca.  Limpia  no tenia reloj pero calculaba que habrían pasado bastantes horas… empezó a preocuparse cuando vio que por las rendijas de la persiana el día empezaba a clarear… eso quería decir… de golpe oyó como Nona llamaba a Jon!  vaya -se dijo–, tendré que hacer un ultimo esfuerzo y desangrándose subió por la sabana hasta acercarse a dos dedos de los labios entreabiertos de Jon… lo tenia a su alcance, un poco más y lo conseguiría…

Jon oyó la llamada de Nona pero tenia mucho sueño, así que se dio la vuelta y puso la cara contra el colchón…

Limpia no se lo podía creer, aquel maldito le había vuelto a burlar, desesperada se introdujo en el pijama y empezó a reptar malignamente por el cuello de la prenda para acercarse a su objetivo, pero sus fuerzas la iban abandonando… su rastro de sangre era cada vez más tenue y su energía se acababa… a dos centímetros del borde del pijama su vitalidad la abandonó… había tardado demasiado, estaba seca… y muerta.


Jon al fin se despertó, encendió la luz y se frotó los ojos dos veces… no podía ser… y volvió a mirar su cama… un tenue reguero de chocolate iba desde su camisa, por las sábanas, hasta la cabecera, hasta su pijama y subía por él hasta el cuello…. se frotó los labios y miró horrorizado sus manos, no! no había llegado hasta su boca, menuda traidora…. ya lo decía su madre.  Rápidamente cogió el spray “mata-manchas” por si todavía vivía la maldita y rocío toda su cama, el pijama y la camisa…. ahora si que estaría bien muerta la muy traidora,  y eso que se había hecho pasar por una mosquita muerta, ya lo decía su madre, con las manchas se ha estar al tanto!

Recogió las sábanas y el pijama, también la camisa, y se las llevó al lavadero…. le diría a Nona que se había hecho pis en la cama y que lo había mojado todo… a ver si colaba… pero no le diría nunca a nadie que la mancha le había tomado el pelo… una traidora miserable eso es lo que era aquella mancha de cacaolat…

Se vistió y desayunó.  Cuando estuvo por fin en el coche de Quim, habló con su amiga en voz muy baja…

– sabes qué Silvia, las manchas son traidoras y malas, no te manches nunca, a mi Limpia  estuvo a punto de engañarme haciéndome creer que era una buena mancha… pero he descubierto que no hay buenas manchas… solo hay manchas que nos traicionan y hacen que los mayores nos riñan…













San Federico


Es una mañana de cualquier día, y, mientras la Moulinex SuperKristal borbota café americano, Federico se afeita atento a las noticias del magazine radiofónico de turno.
A la misma hora, en Ruanda o Haití, en Yemen o Sarajevo, un rostro sin nombre sufre la condición de su miseria ajeno al microondas que avisa a Federico del croissant a punto. Este drama, que parece no tener solución, no es nuevo en nuestra vida cotidiana. Miles de Federicos seguiremos engullendo nuestro café y croissant de cada día -danósle hoy- sin saber, ni poder, ni querer cambiar esa situación. Lo trágico de este micro-cosmos a escala, es la exactitud con que los hechos se repiten.  La circularidad del tiempo es la repetición de los horrores y maravillas por las que transita nuestra existencia. Una repetición que se produce a escalas, en fugas, sostenidos y cadencias. Una repetición a la que nos hacemos ciegos e indiferentes. La especie humana sigue, y seguirá, fiel a su destino, alimentando la cantera de actores, de Federicos, de locutores, de constructores de cafeteras, de pasteleros de producto congelado. Todos ellos tan necesarios como la danza del sol alrededor de la galaxia,  o como el baile-spin del electrón anónimo que ahora escapa del quantum para volver a la materia oscura de la que un expediente X dice que salió. Porque todo este despliegue de incomprensibles desarmonías "sólo pueden serlo en apariencia”, pensará —sin quererlo– Federico al acabar su afeitado habitual. Quizás en ese segundo mágico vea por un instante su verdadero rostro reflejado en el espejo de la humanidad, pero al momento siguiente, la Moulinex SuperKristal se quedará nuevamente sola, -borbotando automáticamente-, sin nadie que la necesite hasta el mañana después. Mientras esa apariencia dure, miles de Federicos nuestros de cada día seguirán las noticias de la mañana convencidos de que todo tiene explicación, por más que la evidencia muestre lo contrario. Y será solo fugazmente, como algunos Federicos iluminados tendrán atisbos de lo incognoscible y como, abrumados por las consecuencias de esa nueva realidad, preferirán regresar a los cantos de sirena familiares para seguir brillando inmóviles en el firmamento humano. Federico fugaz, mejor esto que nada: se dirán mientras sorben el siguiente buche de café americano... Aquella mañana de cualquier día, atisbaremos nuestra imagen prisionera del hábito. Acertaremos a señalar el blanco incapaces de atinar en él con el entrecejo forzado, y reconfortaremos nuestro ánimo pensando, sintiendo también, que nos hallamos un paso más cerca del final de la ceguera. Miles de Federicos cada 18 de julio celebran su santo y por unas horas, como todos nosotros, aplazan los problemas de los que no podemos escapar, los sutiles lazos que nos anudan a la noria de la vida. Ese es el drama que ocupa, sin que lo queramos ver, el background desenfocado de nuestra existencia.

El refrito de ajos... y su historia


No se porqué ni recuerdo cuándo pero un día me desperté soñando que se me quemaba el refrito...  salté de la cama desesperado y fui corriendo a la cocina mientras pensaba que es lo que iba a hacer a cambio del refrito inservible... pues los invitados estaban a punto de llegar.   De pronto, a la puerta de la cocina, desperté de verdad.  Era una pesadilla.

Aquella madrugada ya no me volví a dormir y, mientras me tomaba el café largo americano frente a la tablet, me entró la curiosidad del porque razón habría soñado con el refrito.   Después de cavilarlo recordé que no hacía mucho había estado leyendo recetas al azar en “La Cuchara de Plata” (Il cucchiaio d’argento: biblia donde las haya de la cocina italiana, o sea mediterránea) y me llamó la atención una salsa rusa de ajo que allí se describía como la preferida por el Zar Nicolas II.  Me pregunté si podía tener relación el sueño de refrito de ajo con lo que leí hacía unos días.

A todas estas ya estaba intrigado por el refrito y sus orígenes... así que empecé a investigar.

Lo primero que me llamó la atención es que Wikipedia define al refrito de ajos como una salsa mediterránea.  Mi culturilla culinaria me daba en la nariz que eso no cuadraba.  Busqué en La Cuchara de Plata alguna referencia al refrito de ajos y después de un buen rato no encontré ni rastro del refrito ni nada parecido... Me fui a buscar referencias en una de las biblias de la cocina catalana, el “Gran Llibre de la Cuina Catalana” de Josep Lladonosa y también en “La cuina de la meva mare” de Joan Roca... en ninguno de los dos había ninguna referencia al refrito, ni en forma de “refregit d’alls” ni en nada que se le parezca.  No me desanimé y repasé mi biblioteca culinaria en busca de más información.

Hace unos meses, antes del verano, Anna me regaló un ejemplar de la 20ª edición de “La Teca” de Ignasi Domenech, otra joya de la cocina catalana editada por vez primera en 1945, de un autor nacido en 1878 que recoge la gran tradición de la cocina catalana medieval y sobre todo la influencia de la cocina francesa del siglo XVIII sobre la base catalana preexistente.  Un libro muy interesante aunque desde el punto de vista de sus recetas este un tanto demodeé.

Buscando en la red una referencia que salía en “La Teca” me encontré con una documento de la Biblioteca Nacional de España muy interesante: “La cocina escrita” de Isabel Moyano.  El documento, un pdf, es extenso pero muy interesante y os haré un breve comentario sobre él.  Como bien sabéis (y si no tomad nota) la cocina europea moderna no nace en Paris ni en Roma.  La primera corte europea en donde la cocina tuvo una importancia crucial fue en la corte Imperial de Viena, justo en la época en que el Emperador Carlos I de España y V de Alemania reinaba en el Imperio.   Debido al continuo trasiego del Emperador que vivía a caballo de España y Austria, en continuos desplazamientos debido a las guerras de la Reforma, instaló una escuela de cocina en la corte madrileña y en la corte vienesa, cada cual con sus peculiaridades.  Durante el siglo XVI el desarrollo del arte culinario alcanzó su apogeo en España cuando en el reinado de Felipe II la cocina vienesa fue abandonada (al no heredar este monarca la parte Austro-Hungara del Imperio).
Las novedades de la conquista y colonización Americana hicieron del Imperio Español el más rico de Europa durante 100 años... después, en el siglo XVII, empezó la decadencia española y el florecimiento culinario tanto del Papado como de la corte Francesa.   

Pero qué lugar ocupa la cocina catalana?

Es muy interesante saber, por este documento de Isabel Moyano, que en el siglo XIV la cocina mejor documentada es la catalana. La gran expansión catalana por el Mediterráneo lleva el arte culinario a Italia y se forma una simbiosis de la que posteriormente será heredera la cocina española.  El libro culinario mejor documentado de la península está escrito en catalán en 1325 “El llibre de Sent Soví”,  hay dos ejemplares manuscritos, uno en la Universidad de Valencia y otro en la de Barcelona. En él se recogen las recetas tradicionales árabes, mozárabes y romanas y como evolucionaron en el ámbito de la corona de Aragon o sea en Catalunya, Valencia y Mallorca.   Este manuscrito no fue traducido al castellano y editado en Toledo hasta 1400, y de nuevo un escritor catalán en 1490, revoluciona la cocina española con su libro “Llibre de coch” se trata de Rupert de Nola, cocinero del rey Fernando de Nápoles, quien, con un claro sentido renacentista, explica la cocina catalana y su implantación en la refinada corte Napolitana dentro de la Corona de Aragón.
El desarrollo culinario de la cocina mediterránea en Catalunya es la base para mejorar y refinar la cocina castellana mucho más austera.  La influencia catalana en la cocina española de siglo XVI es fundamental.  Así entendemos como cuando Carlos I visita Barcelona en 1521 queda tan sorprendido por la cocina que allí se hace que la incorpora rápidamente a su corte y el primer maestro de cocineros que se llevará a la escuela madrileña de cocina será justamente un catalán:  Ventura Raspall.

Pues bien  ¿que pasó con el refrito?  Pues que no hay rastro ni en “El llibre de coch” ni en “El llibre de Sent Soví”... y estos documentos son cocina mediterránea en sus orígenes... asi que la entrada de wikipedia todavia me resultaba más sospechosa...

Un poco desanimado busqué más referencias.

El año pasado celebré mi santo con mis amigos Andorranos en la Borda Raubert en la vall de la Massana.  Entrañable comida que guardo en el recuerdo no solo por las delicias de la gastronomía de esta restaurante, regentado por la familia Troguet Ribes, sino por que me regalaron un libro excepcional que recoge el arte culinario de las Valls d’Andorra desde la Edad Media:  “Menges d’aqui”  de Josep Maria Troguet.

Asi que, por si acaso, miré en él a ver si daba con el refrito, y vaya sorpresa pues encontré la primera referencia a algo que puede ser el paleo sofrito o el predecesor del refrito... o algo asi.   En “Menges d’aqui” se hacen muchas referencias a técnicas culinarias propias de zonas en las que por el clima y por el aislamiento, en ciertas épocas del año la conservación de alimentos era importante.  También desarrolla bastante bien el aprovechamiento de materias que podrían empezar a caducar o tener sabores poco aceptables, como el pescado cuando lleva días en la fresquera... y hete aquí que aparece la mención del refrito de ajos como remedio para este ultimo caso.   Mi búsqueda me había llevado de una falsa entrada de wikipedia, en donde ponían el acento en ser un aspecto de la cocina mediterránea  hasta la cocina medieval Andorrana en donde el sentido del refrito de ajos era la conservación de ciertos alimentos en las zonas de montaña…




El palacio de Cocarroi

 


Hace muchos muchos años, allí donde ahora se levanta el palacio de Marivent, en Palma de Mallorca, estaba el palacio de Cocarroi.  En él vivía el rey de Mallorca.  Se llamaba Pere el Volgut.  El rey era viudo, pues su mujer murió de fiebres pocos días después de nacer su hija. Dice la leyenda que su única  hija era una princesa muy guapa.  Un día apareció en la puerta del `palacio una gitana que solicitó ver al Rey. Al principio los guardias no la dejaron pasar, pero tanto insistió que al final el Rey accedió a verla.  La gitana —que era una mujer de ojos penetrantes y oscuros—  miró al Rey de arriba abajo valorando su noble porte, entonces le preguntó que qué era lo que más quería o deseaba de este mundo.  El Rey no lo pensó ni un instante y le respondió que lo que más deseaba era la felicidad de su hija, a lo cual la gitana asintió para si, y dijo en voz alta:

  — Eso suponía cuando solicité veros Majestad…   y sin esperar respuesta siguió diciendo:  

—Si me pagáis  una sola moneda de oro puedo deciros la buenaventura de vuestra hija... si así vuestra majestad lo desea… El Rey no se lo pensó dos veces e hizo llamar a Belinda, que así se llamaba su hija.  La gitana, después de guardarse la moneda de oro que un paje le dio,  cogió la mano de Belinda y leyó las líneas de su mano,  impaciente el Rey le preguntó que era lo que veía y la gitana con cara de pena le dijo:  

—Siento daros malas noticias majestad pero el destino dice que Belinda se casará con un noble desgraciado y sin virtud... a menos que su padre algo por ella… 

—Por Dios gitana decidme la verdad! 

—Esta es la verdad, pero como sabéis el destino tambien tiene una parte que se puede torcer si se sabe como hacerlo... para eso estamos las gitanas, las hadas y las brujas... Pere el Volgut sorprendido le preguntó que era lo que tenia que hacer para evitar tal desgracia… y la gitana secretamente le indicó lo que tenía que hacer.  


Días después el rey Pere convocó en la sala más grande de su palacio a todos los panaderos y pasteleros de Palma.  

—Os he reunido por que quiero salvar a mi hija de una desgracia y necesito vuestra ayuda.... —no les dijo que clase de desgracia y ellos por respeto tampoco le preguntaron.  Todos los reunidos murmuraron palabras de aprobación  y aceptaron lo que tuviera que decirles su soberano.  Pere el Volgut, una vez se hizo el silencio, les dio instrucciones para que prepararán cientos de pastissets rellenos de espinacas, pasas y piñones, pero la condición era que los tenían que preparar y cocer en las cocinas de su Palacio.  


El día señalado el Rey fue a la cocina y dentro del enorme caldero donde preparaban las espinacas echó un anillo de oro sin que nadie lo viera…  


Al día siguiente dictó un bando en el que explicaba que había escondido un anillo en uno de los centenares de pastissets que habían salido de su cocina.  Añadiendo que  aquel varón que encontrara el anillo desposaría a su bella hija.  Se repartieron los pastissets por todas las casas de la ciudad de Palma, tantos pastissets como varones mayores de edad había en cada casa.  


Finalmente fue el hijo de un herrero el que encontró el anillo y consiguió la mano de Belinda.  Se casaron y fueron muy felices pues el hijo del herrero era un hombre joven de gran corazón.  


Desde entonces a estos pastissets se les conoce con el nombre del palacio donde fueron creados.  Los Cocarrois les llaman, y se dice que quien come uno siempre acaba mirando en su interior para ver si encuentra una sorpresa.  


Años más tarde, Belinda tuvo un hijo al que pusieron de nombre Julio, por que nació en el mes del mismo nombre.  El rey anunció una gran fiesta para celebrarlo y prometió una gran recompensa al que trajera el regalo más original para su nieto.   


El día de la fiesta pasaron por palacio todos los ciudadanos de Palma, los nobles y los artesanos, los ricos y los menos afortunados...  y todos llevaron algún presente.  Pero ninguno era original como para merecer un premio... hasta que al caer el sol, cuando ya empezaba a oscurecer y casi todo el mundo se había marchado, llegó una gitana que pidió ver al rey diciendo que traía un regalo para su nieto.  Los guardias dudaron unos momentos pero como se trataba de una fiesta la dejaron pasar.  

—De nuevo por aquí gitana, bienvenida seas... —dijo el Rey al verla.  

—Vengo a traer un regalo para vuestro nieto majestad

—Adelante pues, muéstrame el regalo entonces...

—Es que es un regalo invisible y no lo podéis ver  —dijo la gitana bajando la cabeza

—Bien, bien entonces no sé si podré valorar su originalidad, no se si podré premiarla... pero porque no me explicas de que se trata...

—Se trata de una mantilla invisible que protegerá a vuestro nieto de cualquier enfermedad cuando se la ponga...mientras la deberá guardar en esta funda... —y mientras decía esto sacó de un bolsillo un pequeño saquito de tela de color verde.

—Me parece que lo que dices parece más un cuento que una cosa verdadera....mmmm ¿como puedo saber que lo que dices es cierto?

—Pues no podéis hasta que vuestro nieto esté en peligro por una enfermedad... solo podéis confiar en mi palabra...

—Mmmm no, no, no me voy a fiar de la palabra de una gitana, me pareces una charlatana que solo intenta venderme algo aprovechándose de que hoy estoy contento por el nacimiento de mi nieto.  Vete de aquí y no vuelvas si no quieres que mis guardias metan tus huesos en la cárcel. 

—Me iré Rey ingrato que no recuerdas como te ayudé en el pasado, pero si algún día vuestro nieto enferma entonces buscadme por que si lo curo con mi mantilla invisible os pediré algo a cambio si lo queréis salvar...   —y diciendo esto dio media vuelta y desapareció entre las mesas vacías de invitados pero todavía con los restos del banquete.


El premio quedó sin ganador, pues nadie había traído un regalo que el Rey juzgara original.  Belinda le dijo a su padre que repartiera el dinero del premio entre todos los ciudadanos de Palma pero al Rey, que era un poco tacaño, no le pareció  buena idea y devolvió las monedas de oro al cofre de su tesoro, encerrado en lo más profundo del castillo.  


Pasaron los años y Julio creció algo más de 4 palmos, así cuando tenia 5 años ya pudo montar en su pony y galopar por la plaza de torneos en donde se entrenaban los caballeros con sus armaduras.  Su padre, como era herrero,  le fabricó una pequeña armadura y una lanza que no tenia punta para que jugara a ser un caballero.    El chico aprendía rápido y cuando tuvo dieciocho años ya pudo participar en torneos de verdad contra rivales de carne y hueso.   


Durante muchos combates salió ganador y la fama de buen guerrero fue creciendo entre los que lo conocían.   Pero las cosas no siempre salen bien, y a veces se puede perder... como veréis.... 


Fue en un torneo de primavera,  cuando tuvo un accidente y cayó herido por las astillas de la lanza de su oponente, que se le habían clavado en la pierna.  Se recuperó de la caída del caballo pero cojeaba y tenia la pierna sangrando. Tuvo que ser llevado a la enfermería de palacio en donde  los médicos reales le curaron.  Despues de comprobar que no tenia rota la pierna, le sacaron las astillas que tenia clavadas profundamente en el muslo y le cosieron la piel. Vendaron con cuidado la pierna recomendando que no se moviera de la cama en 7 dias para ver si la herida sanaba bien o se infectaba.    


Julio era un mocetón fuerte pero algo movido, inquieto y alborotado así que los dos primeros dias hizo caso de los consejos y no se movió de la cama...  pero al tercer día ya no pudo más, estaba muy aburrido y se quiso levantar, los criados de palacio le advirtieron que no lo hiciera pero él los ignoró y fue a buscar a su amigo Pablo que era un mozo de las cuadras reales con el que jugaba a menudo a la petanca.  


—Como va esa pierna?  —le dijo Pablo en cuanto le vio

—Bien, mejor, ya no me duele, pero estoy cansado de estar en la cama estirado y quiero que juguemos a la petanca un rato

—Como quieras, voy a buscar las bochas y nos vemos en el patio


Se pasaron toda la tarde jugando a la petanca y cuando llegó la hora de cenar Julio se sentía tan cansado que se metió en la cama sin comer nada.   Al día siguiente se despertó  con una gran fiebre.   


—Hay Dios mío pero que has hecho Julio?  —decía su madre lamentándose mientras le ponía paños fríos en la frente.

—Solo fui a jugar a la petanca madre...

—Pero lo tenias prohibido por los médicos, debías de quedar en cama durante 7 días y solo habían pasado tres...    —respondió con cara seria su padre.

—No pensé que fuera malo estirar un poco las piernas

—Pues pensaste mal, hijo, ahora ya ves tienes fiebre y es posible que una infección... 

—Llamad a los médicos enseguida —dijo con cara preocupada su madre....


Llegaron los médicos, hicieron salir a los padres, lo examinaron y se reunieron en silencio.  Al cabo de una hora salieron de la habitación para hablar con los padres.


—La cosa es seria pues estamos todos de acuerdo en que se le ha infectado la herida y seguramente la infección ya esté en la misma sangre.... 

—Es un problema grave, mi señor....  —dijo el que parecia ser el jefe de aquellos médicos al padre de Julio

—Pero tendrá una solución ¿no?  

—Tenemos que esperar, le daremos algunas hierbas medicinales que detendrán la infección antes de que le llegue al corazón...   —y diciendo esto se retiraron por el pasillo los tres médicos reales...

—Esperad!  —dijo Belinda

—Señora?   

—Podéis decirnos cuanto tiempo tardaran las hierbas en hacerle efecto?

—No lo sabemos mi señora, pero no menos de 7 días.... 

—Y no podéis hacerlo más rápido?

—Señora nosotros somos médicos no hacemos milagros.... una semana es el máximo tiempo en que creemos que puede curarse, si en una semana sigue con fiebre deberemos revisar el caso y estudiar otras formas de curarlo.


Pasó una semana volando y Julio seguía en la cama con fiebre y cada vez más débil, casi no hablaba y solo bebía caldos con las medicinas de hierbas.   El Rey Pere el Volgut, su abuelo, no se movía de la cabecera de su cama ni de día ni de noche...  


Volvieron a llamar a los médicos, estos volvieron a examinarlo y después de reunirse comunicaron sus impresiones:


—Creemos que la infección no se ha curado pero tampoco ha avanzado, está en el mismo sitio, la pierna no ha empeorado y no creemos que haga falta cortarla... pero no sabemos cuanto tiempo puede estar así... lo siento majestad   —dijo el más anciano dirigiéndose al Rey

—Que más se puede hacer entonces

—Nada más podemos hacer que seguir esperando.... mi señor


Pasó un mes en que la familia no hacia más que llorar y lamentar su mala suerte... El Rey estaba blanco como el papel, había adelgazado y estaba consumido por la tristeza.  No comía y solo dormía un poco cuando ya no podía más.   Los padres de Julio lloraban a su hijo y lo cuidaban tanto como podían, pero Julio seguía con fiebre y ya no hablaba con nadie, parecía que iba a morir pronto...


Una noche en la que el Rey Pere agotado se había quedado dormido en un sillón frente al fuego, se despertó de un salto con la cara iluminada.  Había soñado con la gitana, con la gitana que tenia aquella mantilla invisible y la gitana había curado a su nieto... enseguida fue a comprobar si era verdad o era un sueño.  Llegó junto a Julio para comprobar que todo había sido un sueño, el chico seguía igual sin moverse, respirando muy despacio y sin hablar... 


Rápidamente el Rey despertó a todo el palacio y dio ordenes para que fueran a buscar a la gitana aunque fuera en medio de la noche oscura....  todos los caballeros que tenia el Rey salieron por todo la isla en busca de una gitana de ojos oscuros que no sabían como se llamaba, solo sabían que tenia un vestido verde.


Tardaron tres días en encontrarla, pero por fin la llevaron a presencia del Rey.


—Majestad que puedo hacer por vos, que veo que habéis mandado a vuestros soldados para traerme a palacio...

—Veréis gitana, mi nieto esta enfermo con fiebre desde hace más de un mes y no se cura... la infección de su pierna avanza hacia su corazón pero todavía no ha llegado... pero sin duda si tardamos en curarlo acabará llegando.... podéis curarlo? Habéis traído vuestra mantilla invisible?  —rogó el Rey bajando de su trono...

—He traído la mantilla alteza pero os recuerdo que cuando os la quise regalar vos la rechazasteis diciendo que era un engaño.... si ahora la uso y curo a vuestro nieto querré algo a cambio.   

—Pedidme lo que queráis que os lo daré!!! Pero salvad a mi nieto.  

La gitana se dio la vuelta y saco de su bolsillo la bolsita verde donde guardaba la mantilla mágica.   Se alejo un poco y se volvió hacia el Rey con una sonrisa en la boca....


—Que es lo más queréis después de a vuestra hija? ... majestad

—Naturalmente a mi nieto, gitana, a quien sino.... ya sabéis que soy viudo y no tengo esposa...

—Entonces si queréis que lo cure me tendréis que dar lo que más queréis:  a vuestro nieto... 

Al rey se le pusieron los ojos como platos y se quedó mudo de espanto... no le salían las palabras... así que la gitana siguió diciendo:

—Pero... no creáis que es para mi, lo quiero para que se case con mi hija la princesa gitana Rosalinda que tiene su misma edad....  y es tan bella como la rosa mas bonita. —dijo la gitana con una sonrisa de oreja a oreja llena de felicidad.

El rey por fin recobró el habla.

—Entonces, gitana, vos sois una reina?

—Pues si, majestad, soy la reina de los gitanos de esta isla y os lo he ocultado para que no me tratarais de forma diferente a los demás....

—bbbbbueno essssto es un poooco raro  —balbuceó el Rey sorprendido

—Vos decidís mi Rey, si queréis que use la mantilla me habéis de prometer que vuestro hijo se casará con Rosalinda...

El rey miró a su hija que estaba a su derecha y Belinda asintió con la cabeza dando su conformidad al trato.   Al rey entonces se le iluminó la cara y de golpe se le quitaron los años que se le habían acumulado encima...

—De acuerdo reina de los gitanos, tendremos la boda que deseas a cambio de que mi nieto se cure.  Si lo curas, primero tendrán que conocerse los novios y, si se gustan, entonces mi palacio será el tuyo y podremos organizar la gran boda que deseas.

—Conforme! vayamos pues a ver a vuestro nieto  —y todos juntos en comitiva se adentraron en el palacio...


La gitana sacó la mantilla invisible y la extendió encima del chico.... al instante el color apareció en su cara, empezó a abrir los ojos y se incorporó como si hubiera estado durmiendo....  

—Que me ha pasado —dijo en voz muy baja....

—Que tuviste una infección que ahora se está curando —dijo la gitana antes de que nadie pudiera hablar.

—Que alegría hijo mío! Vuelves a ser tu!   —exclamó Belinda


La pierna se curó, Julio volvió a cabalgar y por fin un día de principios del verano conoció en una fiesta a su prometida Rosalinda.   Nada más verla quedó maravillado con su belleza.  Parecía que lo habían hechizado... se puso rojo y no le salían las palabras pero finalmente se repuso y consiguió pedirle que bailara con él....  después las cosas fueron muy deprisa, pasaron dos días y pronto se besaron por que sabían que estaban hechos el uno para el otro.  Se casaron al cabo de una semana, fueron muy felices y comieron cocoarrois rellenos de perdices!