Eran los primeros días de primavera en Vanarasi a orillas del Ganges. Aquel día se habían sentado en el Kunti Café, próximo a la entrada del parque Botánico, junto al viejo pórtico de entrada a la Banaras Hindu University (BHU). Era pronto y tenían que hacer tiempo hasta que fuera la hora.
Mahayani, Hari y el mayor de ellos que era Theravani, habían acompañado al monje para oír su conferencia en la Universidad. Era un gran acontecimiento para ellos, su maestro iba a dar una charla con el titulo “la libertad frente a la seguridad”, había sido invitado por el Decano de la Facultad de Filosofía.
Los muchachos eran jóvenes y no podían evitar miradas sobre las numerosas chicas universitarias que desfilaban por la alameda camino de la Facultad de Comercio y Economía. El monje observaba sus miradas y esperaba algún comentario, de pronto Hari, el más impetuoso se volvió y dijo:
— Maestro, que pensáis del amor hacia las mujeres? —el monje sonrió y miró hacia lo alto, el sol todavía les permitía una hora más sentados en la terraza del café…
— Bueno, bueno, veo que quizás necesitéis unas pocas aclaraciones… en primer lugar respóndeme ¿me estas hablando de atracción o de amor? pues son cosas diferentes… vamos a ver, es normal que a vuestra edad os sintáis atraídos visualmente por la belleza de las mujeres, y por sus atributos, pero eso no es amor… al menos por el momento…
— Si maestro sabemos que son cosas diferentes, me refería al amor…. —dijo Hari
— En este caso, discúlpame si he interpretado mal vuestras miradas, creía que os sentíais atraídos por esas bellezas que han pasado cerca… pero volvamos al tema sobre el que preguntas. El amor puede ser un sustantivo abstracto o un verbo que describe un comportamiento, no sé si habías pensado en ello… un sustantivo abstracto refiere a cosas que no se pueden percibir con los sentidos sino que son creados y entendidos por el pensamiento o la imaginación… por ejemplo: guerra, amor, belleza, odio, compañerismo, lealtad, etc.
—Entonces podemos decir que amar es un comportamiento?
—Si Hari, amar es una acción, es una clase de comportamiento, tras el cual hay una compleja trama de cualidades necesarias para que las palabras, que sólo explican nuestras intenciones, se transformen en acciones. Por eso decimos que obras son amores y no buenas razones…. —Mahayani que llevaba un rato pensativo intervino:
—Pero, maestro, amar se puede amar a muchas cosas, se puede amar a tus padres, a tus hermanos, a tus amigos…. también se ama a la Patria o a una buena causa, incluso podemos amar a nuestras mascotas… ¿todo ello es lo mismo que amar a tu mujer, a tu novia o a tu pareja?
—A ver, Mahayani, cuando hablamos de amar a nuestra pareja no estamos hablando de un amor diferente del que aplicamos a las otras acepciones, simplemente añadimos otros componentes afectivos, emocionales y sexuales…
—Pero maestro —insistió Mahayani— a veces nos habéis hablado del amor afectivo, el compasivo y el universal… como se mezcla lo que acabáis de explicar con eso?
—Bien, buena pregunta, estos tres tipos o clases de amor no son diferentes, solo los clasificamos así al tener en cuenta sobre quien se proyecta el acto de amar… el amor afectivo es la acción que proyectamos sobre nuestros seres queridos, el compasivo es el que proyectamos sobre el sufrimiento ajeno y el universal es cuando alcanzamos la capacidad de proyectar la acción de amar sobre todo lo existente, desde un insecto al ser desconocido que nos cruzamos por la calle…
—Entonces si el acto de amar es un comportamiento… que cualidades debería de tener este comportamiento — dijo Theravani interviniendo por primera vez.
El monje sorbió un poco más de su te, que ya estaba casi frío, y miró al cielo… les quedaba algo más de media hora y se decidió a seguir hablando…
— Solo cuando nuestras acciones son consecuentes con nuestras palabras, o sea con nuestras intenciones, podemos decir que amamos. Pero actuar o crear estas acciones, o sea hacer realidad lo que nos gustaría que fuera, precisa del uso de la voluntad. Es un ejercicio en el que la constancia es imprescindible para no olvidar que estamos delante de un esfuerzo para conseguir un resultado en forma de acción. Los componentes o partes esenciales del acto de amar, no son innatos, se adquieren desde la infancia por entrenamiento. Es cierto que determinados temperamentos o caracteres pueden facilitar su adquisición, incluso sin ser consciente de que se entrena una cualidad, pero en general basta saber que nuestro comportamiento para amar se entrena, no se nace con él…
— ¿Cuales son esas partes o componentes, maestro?
— A eso voy, no seas impaciente Hari… las partes esenciales de este comportamiento que nos llevará a amar, sea cual sea el objeto al que vaya destinada la acción, son los siguientes…. en primer lugar la Paciencia… cómo definirías la paciencia Hari?
— Pues… quizás es la capacidad para controlar los impulsos que primero nos vienen a la cabeza?
— Algo asi... podemos decir que la Paciencia es mostrar dominio de sí mismo ante los acontecimientos externos… otro componente es el Respeto que consiste en tratar a los otros como si fueran importantes, por que de hecho lo son… el tercer componente sería la Generosidad que no es otra cosa que satisfacer las necesidades, no los deseos, de los otros, priorizándolo sobre nuestra propias necesidades… el cuarto es la Humildad que es mostrarse auténtico, sin pretensiones, sin jactancia, sin arrogancia o superioridad en nuestro trato… el quinto es la Honradez o sea estar libre de engaño, no hacer creer a los demás lo que no somos, no maquillar las cosas para que nos beneficien o parezcan lo que no son… el sexto sería la Empatía, que ahora está tan de moda, que no es otra cosa que tratar de ver con los ojos del otro y ponerse en su piel, lo que lleva a ser afable con los demás, a prestar atención al que te habla, a escuchar y a valorar apreciativamente a nuestros interlocutores… el séptimo sería la Indulgencia que es no guardar rencor al que nos ha perjudicado, es la consecuencia de no juzgar, por que no sabemos sus circunstancias ni sus limitaciones… y el octavo componente es el Compromiso que significa atenerse con firmeza a las propias elecciones…
El monje hizo un breve pausa para acabar su té frío y prosiguió.
—Todas estas cualidades son acciones, partes del comportamiento de una acción más compleja que es la acción de amar, todas ellas precisan de un entrenamiento, una constancia, no surgen de la noche a la mañana pero acaban dando un resultado permanente… su mayor o menor grado de desarrollo marcarán la diferencia en la calidad de nuestro amor.
Todos quedaron callados y el monje señaló el cielo….
— Es mediodía… — y se levantó para dirigirse a la Facultad de Filosofía.