La mancha



Jon se despertó enfurruñado… le daba pereza dejar la cama calentita y vestirse.  Nona, su abuela, le llamaba desde la cocina para que fuera a desayunar, pero él se tapaba la cabeza con la almohada…

– ya voy ya voy...  dijo escondiéndose entre las sábanas…
– venga Jon, que llegarás tarde… volvió a repetir Nona

Y es que la Nona era americana del sitio de los pieles rojas, de Iowa, hija de emigrantes italianos, por eso la abuela era la Nona y siempre llamaba a Joan por su nombre americano que Joan había aprendido a escribir sin la hache… así es como su nombre había quedado para familia y amigos… él era Jon.

Poco a poco fue bajando de la cama… primero puso un pie en el suelo…

– Uff!  que frio que hace… dijo protestando mientras buscaba sus zapatillas…
– Nonaaaa!  no encuentro las zapatillas!

Y la abuela se las llevaba como siempre por que muchas veces se las dejaba debajo de la mesa de la cocina mientras cenaba. Siempre que pasaba lo mismo la Nona hacia lo mismo…se las traía, y le daba un beso en la cabeza mientras decía:

– un día te dejarás también los pies dentro de las zapatillas y te irás a dormir sin pies…

Y Jon se reía por que ya sabía como acababa la historia… y la Nona seguía diciéndole:

– entonces por la mañana cuando te levantes me dirás:  Nona, Nona que no tengo pies !!! me los han robado mientras dormía !!!

La madre de Jon era comadrona y trabajaba en el Hospital de Vilanova.  Tenia el turno de noche hasta las nueve de la mañana por eso Jon vivía en casa de la Nona durante la semana y solo iba a casa de sus padres los viernes.  Jon quería tener un hermanito y su madre siempre le decía que eso se lo dijera a su padre… y su padre  –que se llamaba Elvis por que era americano de Iowa–, le decía que eso se lo dijera a su madre… y Jon se lo decía a los dos y entonces los dos reían mucho pero el hermanito nunca llegaba.

Quim, el papa de Silvia, ya estaba llamando a la puerta cuando Jon todavía no se había acabado el colacao.   Silvia era una compañera de su clase que vivía al lado de la Nona y su papá los llevaba en coche a la escuela cada día.  Con las prisas en acabarse el colacao le cayó un pequeño sorbo en la camisa…

– la hemos hecho buena….!!  –dijo la Nona mientras cogía un trapo para limpiársela…
– no, no pasa nada Nona puedo ir al cole con la mancha…. venga Nona déjame marchar que llegaremos tarde…

Y Jon salió con su mancha en la camisa para no llegar tarde al cole…

Aquella mañana Luisa, que era la señorita de Jon, tenía un dolor de cabeza de caballo….se había tomado una pastilla sin demasiado efecto.  Pero cuando llegó a la clase de los de segundo y vio a Jon con su mancha se olvidó por completo de su dolor de cabeza.

– A ver Joan Serrat ¿qué tienes en la camisa?  en medio del pecho…
– Es que… es que me he manchado con el colacao señorita…
– Y no te has cambiado de camisa?
– No… es que no tenia tiempo porque Quim ya me estaba esperando en la puerta…
– muy biennnn, muuuy biennnn, asi que iremos manchados todo el día, ¿no?
– Sssi... señorita...
– Muy biennnn! Entonces hoy haremos todos un dibujo de la mancha de Joan… Y ganará el dibujo que más nos haga reír… Ala, chicos poneos a dibujar la mancha de Joan…

Jon se puso colorado, le daba vergüenza que todos miraran su camisa manchada… Pensó que él no tenia la culpa de que la mancha hubiera decidido caerle encima justo cuando Quim llamaba a la puerta… el mundo era injusto con él y odiaba a todas las manchas.  No podía llorar porque pensarían que era un flojeras… pero las manchas ya se podían preparar por que les iba a declarar la guerra.  Cruzó los brazos sobre la mesa y escondió la cara para que nadie viera que estaba a punto de llorar…

Estaba así, cuando de pronto se fijó en la mancha de su camisa, era una mancha curiosa, parecía que tuviera ojos.  Se diría que aquellos ojos lo espiaban…  Si miraba a la mancha de golpe, la mancha hacia ver que no pasaba nada y no movía los ojos… pero si la miraba despacio, sin que la mancha lo notara, parecía que efectivamente la mancha tenia dos ojos que no paraban de mirar y chafardear todo. Esto no puede ser –pensó rápidamente Jon– las manchas normalmente no tienen ojos… pero está claro que aquella podía ser una mancha especial… a lo peor también tenia boca y hablaba.  Decidió hablarle para ver que pasaba…

– eh tú! mancha! ¿qué miras?
– ¿es a mí?  –le preguntó la mancha mirándole a los ojos–
– si, a ti mancha traidora que caes sin avisar!!!
– pues miro tu universo, tu mundo que es muy diferente del mundo del que yo vengo…
– ¿pero qué dices? si tú no vienes de ningún lado… las manchas no viajan que yo sepa.
– ala! ¿tú no sabes nada sobre manchas verdad?  ya veo que tendré que explicarte muchas cosas… a ver, para empezar has de saber que las manchas antes de manchar somos parte de la cosa que mancha y no somos visibles… por ejemplo yo soy una mancha de la raza del cacao, es como si para ti fuera un niño africano, si fuera una mancha de kechup seria para ti como si fuera un niño indio piel-roja, y si fuera una mancha de leche seria como para ti un niño blanco europeo… ¿lo entiendes?
– vale, y si fueras una mancha de huevo serias como una niña china, como Liu que es adoptada y va a mi clase de segundo, ¿no? me parece que lo entiendo un poco… más o menos… pero… ¿por qué dices que eres invisible antes de manchar?  esto no lo entiendo.
– bueno es muy fácil, verás yo estaba dentro del colacao, pero como soy del mismo color no se me podía distinguir del resto… solo si salía del colacao podía vivir una vida propia  y ser independiente para hacer lo que me gusta más… ahora sobre tu camisa ya soy visible y puedo hablar. Nosotras nacemos cuando nos hacemos visibles… antes de nacer somos como los niños de tu mundo que están dentro de la barriga de sus mamás, que no se ven pero todos saben que están allí… ¿lo entiendes Joan?
– vale, vale, ahora si que me he perdido del todo…. a ver, si dices que naces cuando manchas mi ropa, como es que has aprendido a hablar tan deprisa… los bebés cuando nacen no saben hablar… mmm tardan mucho y en cambio tu has nacido solo hace un rato y ya hablas… me parece que me estás tomando el pelo…
– que no Joan, que nosotras somos diferentes… yo no sé que quiere decir esto del pelo que me has dicho, por que nosotras no tenemos pelo… pero de verdad que no te engaño… nacemos pero ya pensamos y hablamos desde mucho antes, y soñamos con lo que haremos cuando nazcamos y también hacemos planes… y muchas cosas que no entenderías…
– vale, vale –dijo Jon medio enfurruñado–  pero me has hecho quedar muy mal delante de toda la clase y esto no te lo perdono… te he declarado la guerra y te limpiaré asi que pueda…
– nooo! por favor no lo hagas Joan!  yo no puedo vivir sin tu camisa, quiero conocer más cosas de ti y quiero ser tu amiga… déjame que viva aquí contigo te prometo que no te molestaré… no me mates por favor!

Los ojitos de la mancha lloraban lágrimas de colacao que todavía ensuciaban más la camisa… la mancha se hizo un poco más grande y húmeda… y Jon sintió un poco de pena por que los ojos de la mancha se hacían pequeños y redondos cuando lloraba.

– vale, vale, no llores mancha que no te limpiaré… de momento… pero me has de decir porque quieres ser amiga mía

Los ojitos de la mancha dejaron de llorar y se hicieron más grandes y alargados, era su manera de sonreír.  La mancha se recompuso, hizo ejem ejem a su manera y volvió a la medida de siempre.  Jon se la miró y decidió darle una oportunidad…

– pues…pues porque no tengo a nadie para hablar… al único que conozco en este mundo eres tú i quiero saber todo lo que pasa a tu alrededor… por eso nos hemos de hacer amigos y querernos un poco… bueno yo ya te quiero porque gracias a ti he nacido.
– muy bien mancha, pero si hemos de ser amigos me has de decir que nombre quieres tener.
– me gustan los que te he oido aquí en la escuela cuando has llegado y les ibas diciendo hola… Yann, Lea, Tom, Marta, Raquel, Anna, Celia,… pero quizás lo que más me gustaría es llamarme Limpia… si, seria fantástico ser una mancha Limpia.  Por favor, por favor, me llamarás siempre Limpia verdad?
– de acuerdo si quieres ser Limpia lo haremos así… pero será difícil explicar a los demás que una mancha quiera ser Limpia, tu y yo sabemos que las manchas siempre son sucias… ¿no?
– hombre Joan, no es exactamente así…. las manchas son sucias para vosotros que no entendéis que nosotras vivimos al hacernos visibles… pero a nosotras no nos parece que, al hacernos presentes en vuestro mundo,  ensuciemos nada, digamos que lo que hacemos es cambiar el aspecto de la ropa, de las servilletas o de los manteles. Es como una especie de decoración!
– si Limpia, pero a las mamás y a las abuelas no les gusta nada vuestra “decoración” y se quejan siempre por que somos sucios y nos manchamos, y por culpa vuestra nos dan la paliza o nos castigan…
– ya ya, ya lo sé pero no siempre los grandes comprenden las cosas de los pequeños… a ti también te pasa que de vez en cuando el mundo no te parece justo, ¿no? pues esto es lo mismo…
– vale Limpia…. ¿esto quiere decir que nos ayudaremos delante de los grandes?
– si, si, siempre que pueda yo haré la forma decorativa más bonita que pueda… mira ahora mismo puedo ser una estrella de shérif… si tu quieres claro…
– vale, si, que chuli, si, si por favor Limpia hazte la forma de una estrella de shérif!!!

La mancha Limpia empezó a sudar, a alargar unos pequeños brazos y fue tomando la forma de una estrella de seis punta hasta que Jon parecía un shérif de verdad con la estrella en su camisa.

Jon pasó el resto del día feliz con su estrella y cuando volvió a casa Nona se dio cuenta de que regresaba muy contento…

– como ha ido la escuela Jon?  –le preguntó
– bien, muy bien… sabes… tengo una nueva amiga…
– ah si? y como se llama…
– se llama Limpia…
– ¿Limpia? es un nombre un poco raro… Limpia ¿que más?
– no, Limpia y nada más…
– ah… y ¿de dónde es?

Jon se quedó pensativo un momento antes de responder… no sabia que decir, pero improvisó pensando que como era una mancha de chocolate…

– pues… pues es africana!
– y cuantos años tiene?
– como yo… vamos juntos a clase
– ah! que bien, y os sentáis cerca?
– si, en la misma mesa…

La Nona se fue a sus cosas y Jon a su habitación a poner en orden su mochila y preparar los deberes… en su camisa lucia una mancha de colacao con forma de estrella … pero… pero la Nona no había dicho nada… Jon pensó que quizás no se había fijado, pero no… no podía ser porque la Nona siempre se fijaba en todo.  Volvió al pasillo a mirarse en el espejo… si, la mancha estaba allí.  Que extraño que la Nona no la vieras… volvió a su habitación y cerró la puerta.

– escucha Limpia, como es que Nona no te ha visto?
– pues por qué…. porque cuando me trasformo puedo ser invisible para los grandes… y como sabia que a tu Nona no le gusto, pues me he disimulado… ¿tu no disimulas nunca Joan?
– hombre si… a veces hago ver que no oigo… pero no es lo mismo
– para mi si es lo mismo, mi forma de disimular es hacerme del mismo color que la ropa… por eso no me ven…
– pues podías haberlo hecho antes de llegar a la escuela!  mira en que lío me has metido… toda la clase haciendo dibujos de mi mancha y burlándose… que vergüenza me has hecho pasar!
– lo siento Jon… si quieres disimulo siempre!
– no! no! que la estrella me gusta mucho… solo disimula cuando estemos en casa, asi no me calentaran la cabeza… a ver si la Nona se olvida de la mancha de la mañana.  Le diré que me la han limpiado en la escuela…

Después de cenar Jon fue a su habitación a prepararlo todo para el día siguiente… dejó su camisa con la mancha encima de la silla y como no tenia manchas que los grandes pudieran ver se quedó tranquilo.  Se puso el pijama y se metió en la cama…



– buenas noches Limpia, hasta mañana!
– buenas noches Joan y que descanses…


Jon no las tenia todas… se había acostado pronto para pensar un poco más en todo aquel asunto de las manchas… recordó que su madre, cuando era bastante pequeño, le había dicho que el nono John se había muerto de una mancha que le salió en el pulmón… y Jon no entendía por que tenían que salir manchas en el pulmón a nadie…  Bueno, Jon no sabia muy bien que era eso del pulmón por que con 7 años todavía no tenia muy claro lo del cuerpo humano… el sabia que tenia manos, pies, orejas… todo eso se veía y era fácil…. también tenia picha, bueno pene, –que sino los mayores se enfadaban–, y sabia que era muy divertido cogerlo con los dedos y hacer dibujos en la arena mientras hacia pipí… pero las otras cosas que teníamos dentro no sabia muy bien como eran… y cuando la mama se las explicaba él prefería ir a jugar…. pero desde entonces Jon tenia un poco de miedo a las manchas.  Ahora ya no le pasaba, pero cuando era más pequeño si alguien se manchaba el vestido él lloraba y nadie sabía por qué… pero es que cuando era más pequeño también pensaba que todos los que tenían manchas se podían morir como el nono John.  Todavía se acordaba de un día que la Nona se manchó con el café y fue corriendo a abrazarle las piernas pidiéndole que no se muriera… que si no se quedaría sin Nona y no podía ser… la Nona le tranquilizó y le volvió a explicar una vez más que las manchas eran manchas y se limpiaban y no pasaba nada… pero él no se quedó demasiado convencido…  Él sabia que la manchas eran “traidoras y que se debía de ir con mucho cuidado”, si, si, eso exactamente se lo había oido decir a su madre cuando murió el nono y no lo había olvidado…

De pronto se acordó de que una vez la Nona le había dicho que en la despensa tenían un producto para quitar las manchas y pensó que cuando la Nona ya estuviera en su habitación, esperaría un poco, y sin hacer ruido iría a buscar “aquel mata-manchas” para esconderlo debajo de su cama por si la mancha era traidora y venia por la noche a buscarlo…. Él era valiente… no tenia miedo al perro del vecino que siempre ladraba a todo el que pasaba por la calle y tampoco a Félix que era el niño más grande de su clase y que siempre buscaba excusas para pegarse con alguien… ya se había peleado una vez con él y no había llorado, aunque se había rendido por que el otro le tenia cogido por el cuello con el brazo y no le dejaba respirar demasiado… pero la señorita Luisa les había separado y habían hecho las paces y ya no le tenia miedo, bueno un poco si, pero casi no se le notaba…. pero esto de las manchas era una cosa rara y le tenia mosca.  ¿Cómo podía ser que una mancha se metiera en el pulmón?  Estas manchas eran de poco fiar…. así que mejor tener a mano el “mata-manchas“ para matarlas mientras eran pequeñas… por qué “si se hacían grandes… era mal asunto”, cómo decía su madre… y pensando en estas cosas Jon acabó durmiéndose.

Al día siguiente Jon se levantó en cuanto oyó a Nona que lo llamaba, lo primero que hizo fue ir a ver su camisa colgada en la silla, si, Limpia  estaba allí mirándolo como si no pasara nada…

– buenos días Limpia , ¿qué tal has pasado la noche?
– bien, gracias Jon, ha sido un poco aburrido estar aquí sin ver nada… ¿por qué apagas la luz por la noche?
– es que es lo que hacemos siempre para dormir… si hay luz entonces no me duermo.
– vaya, no sabia eso, entonces ¿siempre que duermes esta todo a oscuras?
– si… pero ¿porque lo quieres saber?
– bueno por nada… solo es curiosidad
– bueno voy a vestirme y tú recuerda que cuando estemos con Nona no has de salir de tu escondite, ¿vale?
– si, de acuerdo, no te preocupes

Jon fue a hacer su pipí de la mañana y se lavó los dientes, después volvió a su cuarto, pero recordó que tenia que coger el “mata-manchas” sin que Nona se diera cuenta y como ella no estaba por la cocina fue rápidamente a buscarlo.  Enseguida dió con el spray y se lo llevó a su habitación para esconderlo.  No le dijo nada a Limpia que lo miraba sin saber lo que hacia.  Al cabo de un rato oyó que Nona decía:

– Jon el desayuno ya está, ven de una vez y no te entretengas…
– voy enseguida Nona

Aquella vez todo fue bien en la cocina y Quim llamó a la puerta como cada día.  al subir al coche Silvia se fijó en su camisa y en la estrella de color chocolate que llevaba

– que xuli, todavía llevas la mancha de shérif!!!
– shhh –dijo Jon bajando la voz– si, si, pero no lo digas muy alto que los mayores no lo tienen que saber…
– ah! y porque? –dijo Silvia en un susurro–
– pues es un poco raro pero mi mancha me ha dicho que puede hacerse invisible para los mayores… no sé como lo hace pero cuando estoy en casa no la pueden ver.
– pues qué bien! así no te dicen que tienes que tener cuidado, a mi también me gustaría tener una mancha así…
– si, es chuli, pero no sé porque esta mancha habla y otras no… es algo muy raro
– pero… ¿habla de verdad?
– si, y se llama Limpia
– hola Limpia  –dijo Silvia acercando su cara a la mancha–
– hola Silvia –respondió la mancha–  ¿que tal tu vida?
– pues… pues bien, como siempre… ¿y cómo es que hablas?
– pues por que las manchas podemos hablar pero no siempre lo hacemos, solo cuando vemos que alguien nos puede comprender…
– ahhh…

El coche había llegado a la escuela y Quim les abrió la puerta.  El resto del día fue como siempre y Jon lució su estrella de Shérif que ya era la envidia de sus compañeros…. pero no se atrevió a decir a nadie más que la mancha era parlanchina y que tenia ojos que lo miraban todo… antes de llegar a su casa, en un susurro Silvia le dijo:

– luego le preguntas a Limpia como lo tengo que hacer para tener yo también una mancha con la que hablar…
– vale, se lo pregunto después.  Hasta mañana!

Después de cenar Jon se fue a su habitación, se puso el pijama y se sentó en la cama, tenia a su camisa entre las manos y miraba a Limpia

– oye Limpia , Silvia quiere tener también una mancha como tú, así podrías tener una amiga!…dime: ¿como se hace?
– pues es fácil, solo tiene que derramarse algo por encima… así se manchará… y luego solo tiene que hablar con ella como si le entendiera,  si lo hace de verdad, con el corazón, la mancha le hablará… dile que lo pruebe.
– está bien, está bien, se lo diré mañana…

Jon se metió en la cama y volvió a pensar en todo aquel lio, esta vez estaba más tranquilo por que tenia el “mata-manchas” a mano… no se fiaba demasiado de aquella mancha parlanchina, su madre le había advertido que las manchas eran traidoras y se tenia que ir con cuidado cuando aparecían en el pulmón… si ella lo decía era por algo, su madre era como un medico, trabajaba en el hospital y de esto debía de saber más que los demás… siguió pensando un rato y por fin se quedó dormido.


Limpia  no dormía, estaba en la camisa de Jon, agazapada en la oscuridad. Esta vez Jon había dejado la camisa encima de la cama, a los pies, así que era más fácil salir de la camisa y atravesar por las sabanas hasta llegar a Jon.  Estaba oscuro, pero Limpia podía ver en la oscuridad igual que los gatos, también tenia buen oido y se podía orientar escuchando la respiración acompasada de Jon. Poco a poco se fue deslizando, como una serpiente silenciosa, por las sabanas a las que iba manchando a su paso… tardó varias horas en salir de la camisa y otra tantas en acercarse finalmente a la boca de Jon… cuando llegó al embozo de la sabana ya le faltan poco, miró detrás suyo y vio el rastro de chocolate que había ido dejando… suerte que la camisa había quedado bastante cerca pues a medida que iba avanzando se iba quedando cada vez más chupada, si hubiera estado más lejos habría llegado tan débil que quizás no hubiera podido cumplir con su misión…

Jon se removió en la cama y se dio la vuelta, Limpia, sorprendida, se quedó muy quieta… al darse la vuelta Jon, su objetivo se había alejado, miró con fastidio cuanto chocolate le quedaba todavía y vio que tendría suficiente para llegar de nuevo al otro lado de la cama… siguió reptando por le embozo y poco a poco se fue aproximando… En aquel momento Jon soñaba con el perro del vecino, que era un tremendo Rottweiler, que no paraba de ladrar, así que sin querer se tapó la cabeza con la almohada…. Eso a Limpia  la dejó helada, si Jon se tapaba la cabeza ella no podría acercarse a su boca y entrar… estaba confundida, como podía ser tan tonto aquel humano… debía de hacer algo pues no le quedaba mucho tiempo y su rastro de chocolate se debilitaba, era como si estuviera perdiendo su sangre… siguió reptando hacia la cabeza de Jon pero tenia que entrar entre la sabana y la almohada lo que era más complicado… pero no detuvo su lento avance y reptó sinuosamente… ya estaba cerca.  Limpia  no tenia reloj pero calculaba que habrían pasado bastantes horas… empezó a preocuparse cuando vio que por las rendijas de la persiana el día empezaba a clarear… eso quería decir… de golpe oyó como Nona llamaba a Jon!  vaya -se dijo–, tendré que hacer un ultimo esfuerzo y desangrándose subió por la sabana hasta acercarse a dos dedos de los labios entreabiertos de Jon… lo tenia a su alcance, un poco más y lo conseguiría…

Jon oyó la llamada de Nona pero tenia mucho sueño, así que se dio la vuelta y puso la cara contra el colchón…

Limpia no se lo podía creer, aquel maldito le había vuelto a burlar, desesperada se introdujo en el pijama y empezó a reptar malignamente por el cuello de la prenda para acercarse a su objetivo, pero sus fuerzas la iban abandonando… su rastro de sangre era cada vez más tenue y su energía se acababa… a dos centímetros del borde del pijama su vitalidad la abandonó… había tardado demasiado, estaba seca… y muerta.


Jon al fin se despertó, encendió la luz y se frotó los ojos dos veces… no podía ser… y volvió a mirar su cama… un tenue reguero de chocolate iba desde su camisa, por las sábanas, hasta la cabecera, hasta su pijama y subía por él hasta el cuello…. se frotó los labios y miró horrorizado sus manos, no! no había llegado hasta su boca, menuda traidora…. ya lo decía su madre.  Rápidamente cogió el spray “mata-manchas” por si todavía vivía la maldita y rocío toda su cama, el pijama y la camisa…. ahora si que estaría bien muerta la muy traidora,  y eso que se había hecho pasar por una mosquita muerta, ya lo decía su madre, con las manchas se ha estar al tanto!

Recogió las sábanas y el pijama, también la camisa, y se las llevó al lavadero…. le diría a Nona que se había hecho pis en la cama y que lo había mojado todo… a ver si colaba… pero no le diría nunca a nadie que la mancha le había tomado el pelo… una traidora miserable eso es lo que era aquella mancha de cacaolat…

Se vistió y desayunó.  Cuando estuvo por fin en el coche de Quim, habló con su amiga en voz muy baja…

– sabes qué Silvia, las manchas son traidoras y malas, no te manches nunca, a mi Limpia  estuvo a punto de engañarme haciéndome creer que era una buena mancha… pero he descubierto que no hay buenas manchas… solo hay manchas que nos traicionan y hacen que los mayores nos riñan…