El Mito del Androgino segun Aristofanes


Antes de que Zeus los dividiera, los individuos de la raza humana no eran como ahora y además tres eran los sexos de los humanos, no dos como ahora masculino y femenino, sino que había además un tercero que "era común a esos dos, del cual perdura aún el nombre, aunque el mismo haya desaparecido". El andrógino, en efecto, "era entonces una sola cosa en cuanto a figura y nombre, que participaba de uno y otro sexo, masculino y femenino, mientras que ahora no es sino un nombre que yace en la ignominia".

Asi pues la figura de cada individuo de la raza humana era por completo esférica con la espalda y los costados en forma de círculo; tenía cuatro brazos e igual número de piernas que de brazos, y dos rostros, sobre un cuello circular iguales en todo; y una cabeza, una sola, sobre estos dos rostros, situados en direcciones opuestas, y también cuatro orejas, dos órganos sexuales y todo lo demás según puede uno imaginarse de acuerdo con lo descrito, hasta aquí. Caminaba, además erecto, como ahora, en cualquiera de las dos direcciones que quisiera; mas cada vez que se lanzaban a correr rápidamente, "del mismo modo que ahora los saltimbanquis dan volteretas haciendo girar sus piernas hasta alcanzar la posición vertical, avanzaban rápidamente dando vueltas, apoyándose en los ocho miembros que tenían entonces".

Eran tres los sexos y de tales características por la siguiente razón: "lo masculino era en un principio descendiente del sol, lo femenino de la tierra, y lo androgino  (lo que participaba de ambos sexos)  de la luna, porque también la luna participa de lo uno y de lo otro. Y precisamente eran todos ellos circulares, por ser semejantes a sus progenitores". Eran, pues, terribles por su fuerza y su vigor y "tentaron con arrogancia a los Dioses".

Luego viene una descripción (que ahorro al lector) sobre como después de tocar repetidamente los cojones a Zeus éste se acabó hartando y les mandó unos cuantos rayos para dividir en dos mitades a cada humano (de ahí viene aquello de que te parta un rayo). Así se explica que los humanos se pasen la vida buscando a su mitad complementaria (la cosa empalagosa esa de la media naranja). Claro que los que eran hombres al ser divididos en dos hombres ansían encontrar en otro hombre su complementariedad siendo así que "se explica la homoxesualidad varonil y lo mismo sirve de explicación para el afán lesbio cuando hablamos de las mujeres". Tan solo las mitades procedentes de los seres andróginos buscan la complementariedad en el sexo opuesto y "sirven al fin de la reproducción".